Columnas y artículos de opinión por Juan Segura. Vídeos producidos por el autor. Reflexiones y meditaciones sobre el evangelio de los domingos.
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miércoles, 17 de diciembre de 2014
PETER PROTAGONIZA UN CUENTO DE NAVIDAD REAL
Nigeriano; quinces años en Sevilla; Peter, de 35 de edad, sobrevive vendiendo pañuelos de papel en un semáforo y estudia medicina por las tardes. Encontró el otro día una cartera con tres mil euros en efectivo y otros quince mil en cheques... y la entregó en la policía. "Es lo que me ha enseñado mi padre", dijo con toda naturalidad. Porque, ¿qué es lo que enseñamos nosotros a nuestros hijos? Haríamos lo mismo. Y no estamos en sus condiciones, no. Él es de piel negra y, además, inmigrante. Cuántas veces le habrán despreciado, le habrán llamado "negro de mierda" o le habrán gritado "vete a tu puto país, que aquí nos quitáis el trabajo". Pero Peter ha hecho lo que debía, lo que era honesto y honrado, lo que le había enseñado su familia al educarlo. ¿Dónde vive Peter? ¿Qué come? ¿Padece pobreza energética? Todo da igual, Peter es así y no ha hecho nada por quedarse con un solo céntimo que no fuera suyo. Y eso que no le faltarían razones para aliviar su conciencia: su situación, enviar dinero a su familia, una buena comida, un invierno calentito... Pero tampoco, Peter no es un hombre ligero de cascos, ni un resentido, ni un vengativo. Peter es un ciudadano ejemplar que nos ha brindado un buen ejemplo y una bella historia de Navidad. La pena fue que el rácano que recuperó su dinero solo le diera cien euros como agradecimiento.
sábado, 24 de noviembre de 2012
SENTENCIA JUDICIAL (2)
Transcurrido
el plazo legal, no ha habido apelaciones a la sentencia del 20 de septiembre
pasado, con lo cual, la sentencia es ya
firme. Se me absuelve de todos los cargos por los que se me demandaba y
acusaba y condena a los demandantes al pago de las costas del juicio. Teniendo
en cuenta que mi representación jurídica se valora en torno a los doce mil
euros, Arruga y Ortiz deben costearse sus representaciones respectivas y pagar
cada uno la mitad de la mía. A ello hay que añadir los costes por desplazamientos
y dietas. No resulta difícil hacer el cálculo de lo que les ha costado esta
jugada. Llegar a esta resolución ha
llevado más de un año. Como vemos, no es cualquier cosa interponer un
juicio contra una persona. Es necesario saber bien lo que se hace, calibrar los
daños, las costas y la posibilidad de tener razón o no. En este caso, la
condena se había hecho ya con antelación; sin razonamientos, sin derecho de
defensa, a la brava. Cuando resulta que todo era al revés de lo que hicieron
parecer. Los que aparecían por
verdaderos, falseaban la realidad y el que parecía tener ganas de revolver y de
meter mal en el pueblo, resulta que tenía razón y decía la verdad. Con
otras palabras, pero así lo dice la juez en la sentencia. Quien quiera puede
leerla en www.elcantarodesicar.com.
Los
objetivos que se marcaron ya entonces eran “sacarme” cien mil euros, lograr mi
destierro y conseguir que el arzobispo de Zaragoza me suspenda de empleo y
sueldo de por vida. Esto está dicho por boca de mis demandantes, yo no invento
nada. Su gran victoria, no obstante, radica en que han conseguido expulsarme de mi iglesia, que es toda mi vida, y que no
pueda celebrar la misa y los sacramentos en público en Cariñena. ¿Por qué?
Se le puede preguntar al actual párroco de Cariñena, él puede explicarlo. No
pude ni celebrar un funeral por mi primo Vicente, de Barcelona, fallecido
recientemente. La otra gran victoria es
hacer creer a no pocos que no soy honesto y que me movían intereses en contar
mentiras. Eso gente que me ha visto siempre servir y trabajar por el pueblo.
Y los actores, quizá si recapacitan, me vean habiendo celebrado algunos de los
funerales de sus familiares o de sus más allegados, poniendo consuelo y
esperanza en momentos muy difíciles, también para el que tiene que celebrar o
pronunciar la homilía, complaciendo, incluso de corazón, alguna que otra
petición de los familiares del difunto, o yendo a rezar a sus velatorios. Pero,
así es la gente de mi pueblo. La que hay ahora. Hace treinta años eran mejores.
Doy fe.
No sería nada difícil
"resarcirme" con otra demanda hacia ellos por los dislates en los
que cayeron ambos en la sesión del cine Olympia del día 11 del 11 del 2011. Tengan
en cuenta que no todos los que allí estaban aprobaban lo que vieron y oyeron y
no sería complicado llamarlos a testificar. Si mis demandantes pidieron una
indemnización de cincuenta y cuatro mil euros sin tener razón, ¿de cuánto más
podría pedirla yo teniendo la razón y sufriendo los daños que me causaron? Hay
que tener en cuenta, además, que, desde
una función pública, se ha estado jugando con derechos sagrados en democracia
como el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libertad religiosa
y al ejercicio libre del culto. Fácilmente, cualquier tribunal que
comprendiese el tema se pondría de mi parte. Pues bien. Después de una
profunda y serena meditación de estos extremos, renuncio a dar ese paso. Creo que se ha causado daño,
pero no estoy yo dispuesto a hacer lo mismo que me han hecho y pagar con la misma moneda, aunque me sienta legitimado para ello. Es suficiente con el daño de uno, no con el
de tres o el de cinco. Eso llevaría a una espiral que ahondaría aún más en la ya
difícil situación en que estas personas han
dejado la normal convivencia en Cariñena. Antes que lo que me resulte a mí como
legítimo, está la moral cristiana y la
vocación a la que he sido llamado y en la que vivo desde hace veintiséis años como una gracia del Señor. Él nos pide que perdonemos
a los que nos ofenden, a los que nos insultan y
calumnian. Nos pide también que recemos por ellos. Y eso es lo que hago. Los perdono de corazón y pido a Dios que sea indulgente con ellos. Es necesario perdonar
al que nos ha ofendido para no caer en una espiral de respuestas y venganzas;
también porque Dios no reniega de ellos
y los ama de la misma manera que me
ama a mí
y con un amor igual; y, por último, porque hay
que darles la ocasión de que se conviertan y para eso hay que
rezar y ponerlos prioritariamente en nuestra oración. Tal como dice el evangelio que se proclamó en mi Ordenación Sacerdotal, "Ama más aquél a quien se le perdona
más". Para que esto sea una realidad, es necesario que se sientan
perdonados. Ya después sólo cabe esperar. Lo
cual no quita para que yo deba protegerme de ellos mientras no se den
muestras de ese cambio; al fin y al cabo, también Cristo nos enseñó a pedir “líbranos del mal”.
Dado en la ciudad de
Cariñena, a 24 de noviembre de 2012, en la víspera de la Solemnidad de
Jesucristo, Rey del Universo, junto al Santo Cristo de Santiago.
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jueves, 2 de agosto de 2012
ÚLTIMA FIESTA DE LA VENDIMIA. HOMILÍA 28 AGOSTO 2011
Queridos
hermanos de Cariñena, de su Comarca, de los distintos pueblos que
componen la Denominación de Origen Cariñena y a todos los que nos
visitáis desde cualquier punto, que amáis a Dios y os unís a
nosotros en esta fiesta.
Dice
nuestro refranero que “es de bien nacidos ser agradecidos”, y
esto es lo que significa la fiesta de hoy: agradecimiento. La
Eucaristía, según significa la palabra, es acción de gracias al
Padre, por medio del Hijo, movidos por el Espíritu Santo. Y en el
día de la Fiesta de la Vendimia damos gracias por las cosechas. Una
vez al año, Dios nos otorga sus dones para que podamos vivir, para
que podamos compartir, para que podamos ser solidarios. Muchas veces
nuestros sentidos nos engañan, y el diablo quiere que pensemos que
lo que ganamos es fruto de nuestro trabajo y que se debe únicamente
a nuestro esfuerzo. Pues bien, eso no sólo no es así, sino que
constituye un grave pecado de soberbia y de falta de agradecimiento.
Sin Dios, el hombre no puede hacer nada. Si le falta Dios, el hombre
es nada. Si algo llega a nuestras manos es por su acción providente
unida a nuestro esfuerzo y trabajo.
Es
fácil que recordemos pasajes evangélicos como el de la
multiplicación de los panes. En esa escena comprendemos muy bien la
colaboración del hombre con Dios y de Dios con el hombre en la
satisfacción de las necesidades. Alguien elaboró ese pan; alguien
compartió ese pan; Jesús hizo que llegara a todos. Sin la acción
de Dios, el pan hubiera saciado el hambre de cinco personas. Si no
hubiera sido compartido, no se habrían saciado cinco mil hombres. Si
no hubiera habido cinco panes no se habría dado el milagro. Es el
esfuerzo, el compartir y la acción de Dios lo que hoy podemos
recoger en nuestras viñas. Anoche ofrecíamos al Santo Cristo el
simbólico primer mosto de la nueva cosecha; en esa ofrenda, le
dedicamos aquello que reconocemos viene de él. Hoy, en esta
liturgia, celebramos el memorial de su pasión, muerte y resurrección
como acción de gracias por la uva de ese año.
Es
una uva sana y abundante, una uva limpia de enfermedades y de plagas
que inició con lentitud el proceso de maduración pero que lo ha
acelerado por los calores de agosto. Es una uva dulce y de gran
calidad, pero de grano pequeño, pues no ha recibido ni una sola gota
de agua en todo el verano. Y hablo, claro está, de la uva de secano
que es la genuina de nuestra Denominación de Origen, la que contiene
todas las características que han hecho tradicionalmente del vino de
Cariñena lo que ha sido, lo que le ha dado su nombre merecido y lo
que nos ha traído a este presente que hoy podemos exaltar y celebrar
con gran alegría. Las parcelas de espaldera, de regadío y de
vendimia mecanizada han facilitado el trabajo al propietario, han
garantizado un nivel regularizado de producción y han dado unas
características diferentes a las tradicionales a nuestros caldos de
hoy.
Pero
la cosecha es mucho más que unos datos técnicos y estadísticos.
Como decíamos al principio, detrás de la uva, detrás del vino, hay
gentes, hay personas, hay familias con sus respectivas problemáticas,
con sus dificultades, con sus éxitos y fracasos. En la actualidad,
nuestra población, como nuestra economía, está también
diversificada. En nuestros pueblos convive la población autóctona
con poblaciones venidas de otros países, de otros continentes, de
otras culturas. Seres humanos iguales a nosotros en derecho y
dignidad. Hijos de Dios a los que Él ama más porque sufren más y
porque parten de situaciones más desfavorables que la población
autóctona. Viviríamos en pecado si no reconociéramos que somos
iguales a ellos; que pertenecemos a una misma humanidad; que somos,
igualmente, hijos de Dios; que tenemos todos -ellos y nosotros- los
mismos derechos y deberes. Pero, además, el hecho de ser el país
que recibe los movimientos migratorios, el hecho de que llevan ya
tiempo entre nosotros, y el hecho de que somos cristianos, nos pone
en la obligación de ser acogedores, de mostrarles nuestro más
grande respeto y de estar dispuestos a echarles una mano en todo lo
que conlleva el desarraigo, la lejanía de sus familias, los
problemas de idioma, su situación de pobreza cuando esta se da, sin
esperar que piensen igual que nosotros ni que nos tengan que estar
agradecidos por ello. El cristiano es el que ve a Dios en todo ser
humano. “Lo que hicisteis con uno de estos, a mí me lo hicisteis”
nos dirá el Señor el día de su juicio final.
Como
se decía anoche en el estrado, la vendimia es un final y un comienzo
a la vez. Es el final del proceso agrícola. Cuando la uva se entrega
a los responsables de la vinicultura comienza otro largo y duro
proceso con la elaboración, el envejecimiento y la crianza, el
embotellado, la promoción, la competencia, el mercado... hasta
llegar a su consumo. Sólo entonces cada kilo de uva habrá llegado a
su destino final. Es, pues, como vemos, una aventura larga y
laboriosa.
Pidamos
al Santo Cristo de Santiago que el vino que salga de esta vendimia
ayude a alegrar la vida de muchas personas, les ayude a superar los
problemas, les ayude a reunirse y a convivir, les ayude a acercarse
los unos a los otros, les ayude a celebrar las ocasiones especiales;
les ayude, en una palabra, a ser más felices y a vivir con alegría
y esperanza. Que la bendición que Dios nos da a través de la uva y
del vino nos haga cada día más humanos para mayor gloria suya.
JUAN
SEGURA FERRER
elcantarodesicar.com
lunes, 2 de abril de 2012
RETAZOS DE PRIMAVERA
Benedicto XVI ha regresado a Roma con el tiempo justo de reponerse para afrontar las celebraciones de la Semana Santa. Atrás quedó su viaje a México y a Cuba. ¿He dicho atrás? Ya veremos. Hemos visto una clase política muy correcta y afable con el Pontífice. Y eso que no ha eludido los asuntos problemáticos. En México celebró la misa nada menos que en el monumento a los mártires de la “revolución cristera”, que en torno a 1926 fueron masacrados por ser cristianos, y morían al grito de “Viva Cristo Rey”, diez años antes que en España sucediera parecido. El laicismo profeso del Estado azteca prohibía hasta hace bien poco vestir de religioso por la calle. No digamos ya celebrar una misa. Pero Juan Pablo II les dijo que él también era el Papa mexicano, y se metió en sus corazones, máxime con sus visitas a Guadalupe y la canonización de San Juan Diego cuando la cabeza del papa Wojtyla ya no se sostenía a causa del parkinson. Benedetto ha debido obviar la visita a la capital, México D. F., por los 3.500 metros de altitud a los que se encuentra, algo que la hipertensión no soporta.
Más expectativas despertaba su estancia en Cuba. Resultaba chocante ver los honores militares con gritos y aires soviéticos (de los de antaño) con que se recibió al papa Benedicto en el aeropuerto de Santiago de Cuaba. Con toda la cortesía, la cercanía y las atenciones de Raúl Castro, el Papa dejó escuchar en sus oídos constantes referencias a los presos, a la lejanía de sus familias, a todos los cubanos “se encuentren donde se encuentren”, al derecho al ejercicio no solo individual y privado de la función religiosa, sino también comunitario y público, a la necesidad de estar abierto a la verdad y no encerrarse en verdades inamovibles que se imponen a los demás... Vamos, un gusto para el mandatario, que acompañó casi cada uno de los pasos que el Papa dio en su país. Hasta contó con la “inesperada” visita de Fidel, al que había dicho que le gustaría poder saludar. No sé si estarán celebrando los hermanos Castro y sus ministros los mensajes pontificios, pero, con la pedagogía y la claridad preclara de un veterano profesor, Ratzinger no se dejó ni una sola nota por decir y remarcar con insistencia. No se vio la complicidad de Fidel y Juan Pablo II, pero Benedicto habló mucho más clarito.
¿Son injerencias de la Iglesia en política? Bueno, ya sabemos a quiénes no les conviene que la Iglesia hable de ciertos temas, pero como bien han dicho los dos papas que he nombrado, “la Iglesia propone su mensaje, no lo impone”. Sabe que a ella no le toca la función de ejercer la autoridad política ni tampoco la de legislar, pero es libre para expresarse y para formar las conciencias de quienes quieran escucharle, así como de alzar la voz de los que no tienen voz, de las voces injustamente reprimidas y de la defensa de los derechos humanos fundamentales que son la garantía del reconocimiento de la dignidad humana. Por cierto, que, a su regreso, hemos sabido que la Conferencia Episcopal de Estados Unidos donará dos millones de dólares para proyectos pastorales en diferentes países de América Latina. Asimismo, la Santa Sede acaba de enviar cien mil dólares para ayudas de caridad a la Iglesia en Siria, donde la situación de violencia institucional, revolucionaria y las consecuencias de desplazados y de falta de recursos alimentarios es conocida por todo el mundo.
Una vuelta más en la rosca de la barbarie humana y su interminable cultura de la muerte nos dejaba también el mes de marzo: Dos científicos italianos comienzan a hablar del “aborto post parto”, equiparable, dicen, al que se practica en el interior del útero. Dicho de otra manera: Si es legítimo matar a un niño en el útero materno, no hay problema moral en que se le mate cuando ya ha nacido; eso es el “aborto post parto”. Los que estamos a este lado del asunto (en el que yo estoy, me refiero), no vemos la diferencia de que un infanticidio se produzca dentro o fuera del útero materno. Es un infanticidio en uno y otro caso. Pero, claro, la legitimidad moral tampoco se justifica en ninguno de los dos casos. No sé si esto sea un señuelo para que acabemos aceptando como mal menor el “aborto intrauterino” para cargar las fuerzas de protesta contra este otro modo de infanticidio. De lo que sí estamos seguros es que el hombre es cada vez más corrupto, más confuso, más inmoral y más enemigo de su propia especie.
Una nueva abominación, que va en una línea parecida, nos está promoviendo legalmente pero de una manera encubierta, el canibalismo. Ojo porque no es broma. Las empresas PEPSICO, NESTLÉ Y KRAFT añaden a sus productos alimentarios “material biológico” de los embriones abortados. Lo justifican porque “potencian el sabor, edulcoran y no engordan.” Como diría mi bisabuela, no sabemos qué más podemos ver aún. Se han traspasado todas las rayas, se han despreciado todos los límites, el grado de corrupción ideológica y moral es tal que no se ve el punto de llegada; si acaso, parece ser el infinito, la supresión de toda norma moral para todo. Pues bien, infórmense bien porque las tres marcas tienen la tela de productos y submarcas. Yo ya he dejado el nesquik y el capuccino de nescafé y también me he pasado a la coca cola aunque sea más cara. Y las lonchas de queso las miro bien a ver qué marca llevan antes de echarlas al carro. Y he descubierto unas patatas fritas de Valladolid que son buenísimas y así no tengo que comprarlas de matutano o de lays.
Pero no puedo obviar en estos momentos mi situación personal. Os quiero dar las gracias a todas las personas que os habéis tomado el tiempo y la valentía de apoyarme y habéis hablado bien no solo de mí, sino del ejercicio del ministerio sacerdotal del que fuisteis testigos en Azuara, Plenas, La Codoñera, Valmuel, Alcañiz, hospitales, inmigración... y a otras personas que me conocéis y me queréis y habéis dado la cara contra corriente. Sabed que sois mucho más valientes que aquellos de mi pueblo que me dan la razón y se callan. Muchos no conocéis al sr. “anónimo” que escribía debajo del artículo “Una zapatería muy variada”, pero yo sí lo conozco. Tal vez a ti, Conchita, no te sea extraño del todo. Al menos durante un tiempo estaba cercano al grupo que iba al Campo de Romanos a las paraliturgias de los domingos. Amigo de velas, inciensos, floreros y cofradías, incluso daba la comunión muchas veces a mi lado en la iglesia de Cariñena. Nos indigna pero no nos piílla de sorpresa, al fin y al cabo, también en la mesa de la Eucaristía en la Última Cena tuvo el Señor a quien lo traicionó. Decías en tu escrito que no me conocía; pues errabas: me conoce perfectamente y por eso me ha querido hacer daño. Pero, como el Jueves Santo en Judas, un día entró en él Satanás y ahora no sabría definirte si Satán actúa a través de él o es él el que ha decidido servir al Maligno. Por cierto, te vaya de aviso que la próxima vez que vuelvas a escribir sobre mí, pondré la foto de tu cara para que te vea todo el mundo. Piénsatelo bien antes, que quien avisa no es traidor.
Por cierto, que también este señor estuvo en el origen de la distorsión del planteamiento de la celebración de mis bodas de plata sacerdotales. Mi idea fue obsequiar a Cariñena y a su Parroquia, hacer un homenaje al Santo Cristo de Santiago -con un Via Lucis que escribí para él- y hacer partícipe de esa alegría a la comunidad cristiana donde siempre he recibido y celebrado los sacramentos. Pues la idea que hizo cundir fue que “se está haciendo un homenaje a sí mismo; que es una fiesta particular suya y no tiene por qué exhibirse ni exhibirla; que utiliza la imagen del Santo Cristo para su beneficio y no es quién para sacarlo de su capilla y llevarlo a la iglesia...” Y fue todo un éxito porque dentro de la hermandad y las señoras que cuidan su capilla también se pusieron en contra y difundieron la idea, que es justo lo contrario a las intenciones con que se hizo. Un día juzgará Dios a cada cual, a unas antes que a otros, pues Él sí que conoce con qué intención hice las cosas, pero conoce también con qué intención se distorsionó por completo el planteamiento, que era noble, honesto y sincero, de amor hacia mi pueblo y mi parroquia.
Ahora resulta que, como me acabo de enterar, parece ser que la feligresía desconfía de mí porque le inquieta saber de dónde saqué el dinero para celebrar lo que se ha calificado como “fastos”. Pues bien, voy a sacarles de dudas. En 26 años de sacerdocio, no he hecho dinero ni tengo dinero. He vivido siempre sólo con el sueldo que me da el arzobispado. Siempre ha sido muy bajo; vivimos austeramente y lo que queda lo compartimos con los pobres. Cada vez que he tenido que cambiar de coche por mi trabajo pastoral, he tenido que pedir dinero prestado de fuera. Siempre. Dado el reciente fallecimiento de mis padres, ahora me ha llegado de su legado algo de metálico además de la casa y algunas fincas agrícolas. Pues bien, de ahí es de donde salió el dinero. Casi un millón de pesetas para donaciones y menos de mil trescientos euros en invitar a una comida de migas y huevos fritos. Y eso es todo:
RELACIÓN DE GASTOS Y OFRENDAS EN MIS BODAS DE PLATA
OFRENDADO
Pedestal para el Santo Cristo …............................................ 1.700€
Vitral luminoso de pan de oro para el Santo Cristo …........ 1.250€
Vidrio rojo para el vitral de Santo Cristo …......................... 300€
Sistema eléctrico en el vitral del Santo Cristo …................. 150€
Alfombra roja para el Santo Cristo …................................... 200€
Candelabros y velas para el Santo Cristo …......................... 150€
Capa roja para las procesiones del Santo Cristo ….............. 400€
Dos banderas para la iglesia del Sto. Cristo (rechazadas) …. 220€
Restauración corona de la Virgen de Lagunas …................ 300€
Estandarte para soldaos romanos Semana Santa …........... 1.000€
EXPOSICIÓN DE LA OBRA PICTÓRICA DE MI MADRE
Simón Soler, Maribel Suso, J. M. Álvarez y párroco …....... sin cargo
Préstamo caballetes por varias personas …....................... sin cargo
Préstamo estructuras y focos por el C.R.D.O. …................. sin cargo
Donativo a la parroquia por gasto de luz …....................... 100€
VIA LUCIS …......................................................................... sin cargo
CONCELEBRACIÓN EN EL PILAR 23 SACERDOTES ..... sin cargo
BANDA DE MÚSICA PROCESIÓN DÍA 10 ….................... sin cargo
GRUPO CARALLANA MISA BATURRA Y PROCESIÓN sin cargo
GASTOS PROPIOS
Invitación comida sacerdotes concelebrantes (a 8€) ......... 180€
Invitación comida en la Virgen de Lagunas (a 11€) ........... 1.100€
Violinista en la Virgen de Lagunas ….................................. regalo
Y cualquiera podrá comprender que hacer públicos estos datos es humillante para mí, por la humillación ya causada por la desconfianza. Yo, precisamente, que llevo toda mi vida al servicio de Cariñena y de su iglesia parroquial. Al terminar mi suplencia en la parroquia el pasado mes de agosto, entregué 380€ a las cuentas parroquiales porque propuse que se pusieran 300 euros por casa para poder acabar las obras de la iglesia parroquial hasta el final. Mi aportación fue por delante. Y bien que me han criticado también por eso. Sería la única manera de terminar nuestra iglesia. Así, estará como merecemos; al fin y al cabo, uno tiene la iglesia de la que se ha preocupado. “Que la arreglen pero que a mí no me cueste nada”. Vale, pues a esperar que nos venga del cielo. Porque, claro, ahora se tiene conciencia de que ya se ha colaborado, pues se pusieron cinco euros para las obras de la iglesia y nos dieron a cambio una estupenda tarde de toros. Así nos despachamos. Alguno hasta llegó a dar cien en la fila cero. Muy bien, pero con eso ¿para qué nos llega? Pues ya nos informará el párroco, que es al que le corresponde informar de cuánto se puede hacer y de cuánto falta; y en qué condiciones se reabrirá el templo parroquial. Hombre, ya dije que se podían aportar los 300 euros por casa en 2 ó 3 plazos, entendiendo que muchas personas que vivan, por ejemplo, de una pensión de viudedad, querrían darlos pero no pueden hacerlo de una tacada. Sin embargo, como suele suceder, quienes más lo han criticado son gente más adinerada que las viudas de Cariñena. Por decirlo de una manera suave. Eso, sí, yo soy poco menos que el diablo en persona por hacer una propuesta tan descabellada. Ellos se gastan eso y más en las Fiestas de septiembre y lo dan “religiosamente” cuando los invitan a una boda. Pero dar eso para las obras de la iglesia no se puede tolerar. Es mucho más digno el que tiene más que yo, no los pone y además me critica. Pues vale.
Finalmente, el gran Real Madrid acaba de hacer algo asombroso. Como ya sabemos, se está construyendo un súper complejo de ocio dedicado al gran equipo español en los Emiratos Ärabes Unidos. El problema ha surgido cuando, al recrear el escudo del equipo merengue en unas plataformas sobre el mar, los promotores se han encontrado con que la cruz con que culmina la corona imperial del escudo de la entidad suponía una verdadera dificultad de índole religiosa, ya que en el país rige oficialmente el Islam. Y, claro, no iban ellos a dibujar una cruz en el mar. Pues eso, que ellos no pongan la cruz en el mar es lógico. Y que el Real Madrid vaya a lo suyo es también lo lógico. Lo que no parece tan lógico es que el Real Madrid haya retirado de un plumazo la cruz de su corona como emblema de la entidad. ¿Tan importantísimo resulta que el escudo sea exacto al que han decidido en los Emiratos? Se puede comprobar fácilmente entrando en su web realmadrid.com y ver que la cruz ya no está en su imagen corporativa. Y sin votar los socios ni nada. Aunque no quieran, nos demuestran con su acción que en su pensamiento está lo mismo que en el de otros: Que “la pela es la pela”.
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lunes, 7 de febrero de 2011
JUAN PABLO II, EL SANTO PADRE
¡ALABADO SEA jESUCRISTO! De esta manera comenzaba cada uno de sus discursos. Su vida era una continua alabanza a Jesucristo, concretada en la constante defensa de la dignidad de todo ser humano. Durante casi tres décadas ocupó la silla de Pedro, el Pescador de Galilea. Veintiocho años en un pontificado son muchos años, pero en una persona que no paraba, que no sabía parar, dan para mucho. No quiero entretenerme en cifras, cosa que ya hacen otros medios, sino que quiero resaltar más bien su intensidad humana y creyente.
Juan Pablo II fue el Papa que vino a vernos. Vino a vernos, prácticamente, a todos. Vino a nuestras ciudades, a nuestras iglesias, a nuestras plazas, a nuestras casas. Ha sido la persona más vista y conocida en todo el mundo y en toda la historia. Su amplísima documentación, que recoge encíclicas, exhortaciones apostólicas, discursos, mensajes, mottu proprios, se extienden también a un nuevo Código de Derecho Canónico y a un nuevo Catecismo de la Iglesia Católica. Tocó la Iglesia desde fuera y desde dentro. Y tocó también el mundo. Despertó todo menos indiferencia. Desde los más fervientes seguidores a los más feroces detractores. Un Papa que hizo su cruzada particular contra el marxismo hasta provocar su caída en Europa. No así en América Latina, donde adoptó actitudes bien distintas con los dirigentes de la dictadura cubana frente a los sandinistas de Nicaragua.
Era un hombre de Dios. La oración personal ocupaba una buena parte de su jornada y con ella estrenaba cada día. Sentía sobre sus espaldas las responsabilidades de todo lo que sucedía en el mundo. Sus discursos urbi et orbi y los ángelus de cada domingo estaban plagados de referencias a la situación y los problemas internacionales. Trataba de tú a tú a todos los Jefes de Estado, expresando ante ellos lo que a él más le interesaba en defensa de los derechos fundamentales, de la libertad religiosa y de la paz y el desarme mundiales.
El Papa Juan Pablo convocó un jubileo especial, con un trienio de preparación, con motivo de la llegada del año 2000 y del comienzo del Tercer Milenio. Dos milenios de Jesucristo en el mundo. Ésa era para él la razón a celebrar. Destacó también, hasta con nueve años de celebraciones especiales, el quinto centenario, en 1992, de la evangelización de América. Un aragonés, el Arzobispo Santos Abril, fue su profesor de español. Wojtyla descubrió que la mitad de los católicos del mundo rezaban en español. "No se puede ser Papa y no hablar español" llegó a afirmar a Monseñor Abril.
Su casa era una casa abierta a todos. Estableció la costumbre de llenar su capilla diariamente de sacerdotes, religiosos y religiosas, también seglares, que quisieran compartir con él la Eucaristía de cada mañana, lo que nos dio la oportunidad a muchos de visitar su estancia y de concelebrar con él en la intimidad. Después saludaba en la biblioteca particular a cada uno de los asistentes. A veces invitaba a su mesa a pobres, a mendigos, a sacerdotes en crisis. Siempre hacía lo que podía en las necesidades de cada uno.
Le quisimos, pero también le criticamos desde dentro de la Iglesia. Los de fuera, sobre todo en algunos medios de comunicación, trataban de ridiculizarlo y de burlarse de él. Pero él tenía claro hacia dónde quería ir y hacia dónde quería llevar la barca de Pedro, y no se dejaba influir por lo que se decía o no se decía de él. Desde dentro se veía conservador y demasiado cercano a la
institución del Opus Dei, del que se apartaba, sin embargo, en los textos de sus encíclicas
sociales, bien valoradas y aceptadas por creyentes y no creyentes.
Las imágenes difundidas por el Centro de Televisión Vaticana del atentado del 13 de mayo de 1981, en el que varias balas impactaron en su cuerpo, conmocionaron al mundo. Parecía increíble que pudiera salir vivo de aquel ataque. Cuando se hubo repuesto, eso no le influyó para nada en no seguir temiendo por su seguridad y, aunque fue el origen del famoso "papamóvil", él siguió a cuerpo descubierto a todas partes donde iba.
A Juan Pablo II le vimos envejecer, algo que no se había visto en la historia conocida de los Papas. Seguimos en directo, paso a paso, sus enfermedades, su agravamiento, su deterioro lento y progresivo. Llegamos a verle cuatro días antes de su muerte, ya sin poder hablar, esbozando con la mano una bendición desde la ventana de su apartamento, justo cuando una paloma blanca quiso posarse en su cabeza y cuya foto dio la vuelta al mundo y aún podemos descargarla de Internet.
"Dejadme ir a la casa del Padre" les dijo aquel 2 de abril de 2005, día en que el Señor se lo llevó de este mundo. Haciendo caso de una vidente, él había establecido el domingo de la octava de la Pascua como el "Domingo de la Divina Misericordia". Pues bien, era ese día cuando murió. Nunca se había visto en el mundo un luto igual. El cariño, la gratitud con que hablaron todos los medios, incluso los más críticos con él, las filas interminables de días y días no sólo en la Plaza de San Pedo, sino también en todos sus alrededores para visitar su capilla ardiente; sus funerales, que reunieron no sólo a millones de fieles, sino a una concentración récord de Jefes de Estado y primeros ministros, fueron eventos antes nunca vistos.
El cardenal Ratzinger ofició la misa de su despedida en la Plaza de San Pedro. "Bendícenos, Santo Padre, desde el cielo; bendícenos" clamaba en su homilía el que iba a ser días después su sucesor, el papa Benedicto XVI. El pueblo se manifestaba con pancartas -lo había hecho desde el primer momento de su muerte- y con miles de voces a coro: "Santo Súbito" ("Santo ya"). De haberse producido su declaración de santidad por aclamación del pueblo, hubiera sido un caso verdaderamente significativo y excepcional. Preguntado el Cardenal Ratzinger, antes del funeral, acerca de si esta posibilidad era viable, respondió que dependía del criterio que aplicara su sucesor.
El propio Ratzinger, convertido ya en Benedicto XVI no obedeció el clamor popular, pero favoreció el proceso de beatificación al abrirlo de inmediato sin esperar a los cinco años preceptivos que deben pasar después de la muerte del posible beato para comenzar su proceso. Ahora, a poco más de cinco años desde su muerte, el que fuera su mano derecha y nuevo Pontífice ha dado luz verde a su beatificación. Juan Pablo II subirá a los altares el 1 de mayo de 2011, seis años después de su muerte, en el día del mundo obrero (él que fue un obrero en su Polonia natal), y que coincide con el domingo de la octava de la Pascua de Resurrección, es decir, el Domingo de la Divina Misericordia.
Un gozo, pues, para toda la Iglesia ver beatificado al tan querido papa Juan Pablo II. Su cuerpo será trasladado a la Basílica de San Pedro, a la capilla contigua a la que contiene la Pietá de Miguel Ángel. Con su beatificación, se le podrá dar culto público a la espera de ser proclamado Santo una vez concluya el proceso de canonización que ahora se inicia. Santo Padre, Juan Pablo II, ora por nosotros, tus fieles.
viernes, 28 de enero de 2011
BELÉN HISTÓRICO FAMILIAR. Navidad 2010
Mi madre, Mª Nieves Ferrer, coleccionó desde niña, año tras año, figuritas y escenas para el Belén. En este reportaje, en el que se distinguen de otras figuras y complementos más modernos, se ve el legado de mi madre, de su devoción por la Navidad, en un montaje en el que muestra todo su esplendor. Buena parte de las figuras supera los 70 años.
martes, 6 de julio de 2010
¡ALELUYA! A LA MUERTE DE MI MADRE
El 4 de junio de 2010 era viernes, como el día en que Jesús dio su vida por nosotros. Era el viernes anterior a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Ante su imagen rezaban siempre mis padres, abrazados, antes de irse cada noche a dormir y ante su imagen se casaron en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, 50 años antes. El 4 de junio fue un día tranquilo y soleado pero no muy caluroso. En las últimas horas del día, después de pasar la tarde en coma y agonía, escuchó su llamada: ¡¡NIEVES!! Ella abrió los ojos todo lo que humanamente es posible abrirlos. Miraba a un punto fijo en la habitación, pero sus ojos no veían la habitación física. Sus ojos vieron lo que los nuestros no pudieron ver. Empezó a fallar la respiración. Siete minutos más tarde, los cerró y expiró. Nos había dejado. Las 22, 30. El párroco dijo la hora en voz alta y todos asentimos. Una hora antes, la habitación se había llenado de una fragancia de flores, de rosas, como si dentro hubiera treinta o cuarenta kilos de ellas. Permaneció durante unos diez minutos. Luego, el olor cesó, pero en la habitación quedó una paz, un sosiego, una calma y serenidad como nunca antes lo habíamos sentido. Ahora tiemblo al saber que mis palabras resultaron proféticas sin yo saberlo. Cuando, repentinamente, abrió esos ojos enormes, cogido de su mano derecha, yo le repetía una y otra vez: “No tengas miedo, mamá; ve hacia la Virgen ; ve hacia la Virgen , que ella te llevará a Jesús. Ve hacia la Virgen , mamá, no tengas miedo”.
Unos cuatro meses atrás, cuando su enfermedad cerebral degenerativa todavía le dejaba largos momentos de lucidez, pocos días antes de ir a la Residencia de Mayores, me dijo que iba a morir pronto. -¿Eso crees?, le pregunté yo. Ella me respondió afirmativamente. Siempre nos había dicho que no le ocultáramos si tenía una enfermedad de morir, así que le respondí: “Pero no tengas miedo, mamá. Nosotros estaremos contigo y no vas a estar sola. Además, ¿recuerdas cómo termina el Ave María?” Ella recitó: “Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Yo le dije: “¿Lo ves? Tú siempre has amado muchísimo a la Virgen María , y le has pedido miles de veces, al rezar el Ave María, que vele por ti en la hora de tu muerte. Mamá, la Virgen viene a buscar a las personas que la han amado mucho en esta vida. La Virgen María vendrá a buscarte, mamá, y ella te llevará a Dios. No te preocupes y no tengas miedo”.
Mis palabras eran más una intención de aliviar y de infundir esperanza que un relato de lo que creía fuera a hacerse realidad. Pero la realidad confirmó lo que yo le había anunciado. Yo no lo supe de inmediato. Vislumbré que mi madre había sido una santa en esta vida porque conozco su vida, su profunda religiosidad cristiana, su amor a Jesús y a la Virgen María , su manera de encajar los golpes fuertes, su sensibilidad social hacia todos los pobres y deprimidos, su deseo de servir a Dios y muchas actitudes evangélicas más que no acabaría de enumerar. Vislumbré también que el intenso olor a rosas y la paz que había en nuestro corazón desde una hora antes de su muerte, no eran hechos comunes ni casuales, sino un signo del cielo en el que Dios se nos manifestaba para hacernos saber que iba a morir una mujer santa en esos momentos. Pero el conocimiento real de la interpretación de todos esos signos, tardaría aún unos días más en producirse en mí.
Por otra parte, seguían produciéndose sorpresas durante el sábado en el velatorio. Aquello era un desfilar incesante de ramos, de centros florales, de coronas que grupos y particulares enviaban para despedir a mi madre. Llegó un momento en que ya era imposible colocar una sola flor más en la cámara del túmulo. Nosotros nos mirábamos asombrados y estremecidos, diciendo: “Señor, pero qué es esto”. Porque sin que nosotros dijéramos nada, sin sugerirlo a nadie, sin haber pedido cosa alguna ni puesto condición alguna, ¡TODAS LAS FLORES ERAN BLANCAS! Y el blanco es el color de la Virgen , el color de todas las fiestas de la Virgen. Ya mi madre se llamó María Nieves en honor a la Virgen de las Nieves, una advocación especialmente venerada en mi familia por razones que no viene al caso explicar. En la habitación de mi madre siempre ha habido una gran imagen de la Virgen del Pilar, a la que ella le tenía también especial devoción. Ella, que pintaba excelentemente, hizo una reproducción magnífica de una Inmaculada de Murillo, que cuelga sobre la cabecera de su cama y que hemos puesto en la lápida funeraria que cubre el pequeño nicho de sus cenizas. Mi Arzobispo, junto con su secretario personal, se hicieron presentes durante el velatorio, y el Prelado comentó en alta voz: “¡Ni en toda mi vida he visto un cadáver con un rostro tan bello y tan dulce!” Tampoco puede ser casualidad ese comentario del Pastor de mi diócesis, pues son las mismas palabras que decía casi todo el que la veía. Se quedó con un rostro sereno y dulce, que dibujaba una leve sonrisa, y que inspiraba ternura a raudales.
El domingo, solemnidad del Corpus Christi, a eso del mediodía, el coche fúnebre con el cuerpo de mi madre recorrió, camino de la iglesia parroquial, parte del trayecto que, por la tarde, cubriría el Santísimo Sacramento en su procesión. Y así, con el cuerpo presente de mi madre, celebramos la Eucaristía del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Su querido coro parroquial, al que pertenecía porque cantaba muy bien, cantó ese día para ella sus canciones preferidas, especialmente, dos dedicadas a la Santísima Virgen María: “Madre, óyeme” y “Virgen de mi esperanza”. Sólo cuando el féretro encaró la Via Sacra después de la celebración, entonaron “Despidamos todos juntos al hermano”. Si lo vio, quedaría muy complacida, porque se fue con todas las galas de un día solemne en el calendario de los cristianos. Por eso la misa no pudo ser de réquiem, sino de gloria. Era el seis de junio.
Puesto que el hecho de haber sido ordenado cura uno de sus hijos fue para ella el mejor regalo de Dios en su vida, el día quince, vigésimo cuarto aniversario de mi ordenación sacerdotal, acompañado por buena parte del Cabildo zaragozano y por varios sacerdotes amigos, le celebramos un funeral en la Santa Capilla de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar. En la homilía resalté la vida de mi madre como servicio continuo al Señor, expliqué el olor a flores en la habitación previo a la hora de su partida y me pregunté en voz alta si no era ése el olor de la santidad. En la sacristía, dos compañeros expertos en el estudio y conclusiones del milagro de Calanda, me dijeron lo mismo: “Ese mismo olor se encontraba en la habitación de Miguel Pellicer cuando la Virgen del Pilar le puso la pierna previamente amputada. Ese olor es la presencia de la Virgen. Juan , la Virgen vino a buscar a tu madre”. Otros compañeros me han dicho lo mismo y he sabido que ese olor ha aparecido también en el momento en que han fallecido algunos santos. Amigos míos de un pueblo del que fui párroco durante siete años, me han hecho recordar el momento de la muerte de una señora a la que yo le estaba dando la Unción de los enfermos y ella me dijo que había en la habitación una Señora vestida de blanco. Yo le dije: “Es la Virgen , que viene a buscarte”, y falleció. Eso es lo que vieron los ojos de mi madre un momento antes de abandonar este mundo. La Virgen estaba allí. Había venido a buscarla. Nos había advertido antes de su presencia con el aroma a rosas. Nos había llenado interiormente de paz y de serenidad. Después, se llevó a mi madre. Y esa paz perdura, porque habiendo previsto que la pérdida de mi madre fuera trágica para nosotros y nos llenara de desconsuelo, va a cumplirse un mes y no hemos estado tristes; no estamos tristes. Más bien, si lloramos en algún momento, lo hacemos de emoción por la madre que hemos tenido y por las maravillosas circunstancias que hemos vivido en el momento de su muerte.
Mi madre ha sido siempre un verdadero ejemplo de mujer y de cristiana. Dios nos ha querido manifestar, por medio de su Madre, que la nuestra también está en el cielo. La Madre de Dios ha sido para nosotros fuente de consuelo y de esperanza. Ahora nos queda su recuerdo, la gratitud por todo cuanto se nos ha concedido y el reto de saber responder a la altura de lo que mi madre era; aunque –claro está- el listón ha quedado muy arriba. Y, eso también, las ganas y la seguridad de volvernos a encontrar allí donde la llevó nuestra Madre del Cielo. Gracias, mamá-Nieves; gracias, Madre-María.
domingo, 20 de junio de 2010
sábado, 10 de abril de 2010
Número cien. Año nueve
A veces iniciamos algo de forma titubeante, con un futuro incierto, con un cierto temor
ante el resultado que vayamos a obtener, o a no poder estar a la altura si, finalmente, no
hemos calculado bien las fuerzas. Más o menos, de esta forma iniciaba en el año 2001,
sin apenas práctica alguna con Internet, la página web que entonces comenzó
llamándose “thalithaqumi”. Estaba alojada dentro de “geocities” (que, por cierto, acaba
de cerrar y de clausurar todas las páginas que alojaba). Se trataba de una página
personal de alguien totalmente desconocido, sin ningún grupo humano o institución que
la respaldara; por eso sus inicios fueron muy modestos. Sin embargo, tenía una
herramienta en mis manos y era la página de estadísticas. Ciertamente los números que
mostraba eran bajos, pero siempre un mes tras otro, reflejaba una tendencia al alza.
Conforme fue alojando más textos y documentos, empezó a aparecer en los buscadores,
lo que hizo que fuera cogiendo impulso. En seguida me di cuenta de que debía tomarme
la página con toda seriedad y con pleno sentido de la responsabilidad, pues cada vez era
mayor el número de gente que la seguía y que recurría a ella. Por otra parte, si las
primeras críticas que recibió fueron demoledoras por parte de compañeros y de gente
cercana, mi obispo me animó mucho diciéndome que hacía falta la presencia de la
Iglesia en la Red. Ciertamente, por aquellas fechas, las páginas de contenido religioso
no abundaban, precisamente. Es ahora cuando tienen una mayor pujanza y son
realmente abundantes.
Yo comprendo que la página de 2001 adolecía de varios defectos. El primero de ellos
era su diseño, pero ya digo que mi conocimiento de Internet por aquel entonces era de
mínimos, o, incluso, más bajo. No obstante, creo que el contenido la fue salvando de la
quema. Otra gran dificultad que presentaba era su nombre; lo complicado que resultaba
a todo el mundo escribir “thalithaqumi” sin cambiar una hache ni otro dígito y poderla
encontrar. Además, estaba alojada en una sección de yahoo que se llamaba geocities, y
era necesario poner una dirección larguísima que incluía esas dos palabrejas, además de
algunos puntos y barras, lo que hacía realmente muy dificultosa su localización. Así
que, en 2003 decidí cambiarla de alojamiento y tomar un dominio propio. Era también
el momento adecuado para cambiarla de nombre y poner algo que fuese sencillo de
recordar y de escribir, a la vez que de un contenido bíblico o teológico bonito y
atrayente. De esta manera, en 2004, www.geoticies.com/thalithaqumi pasó a ser
www.elcantarodesicar.com, lo cual fue un punto de inflexión en la evolución de la
página. Su conocimiento se difundía con mayor celeridad y las visitas aumentaban. Las
secciones, algunas algo vacilantes, del principio, se redujeron a las que verdaderamente
suscitaban interés y suponían un servicio a quienes visitaban este espacio. Así, quedaron
como fijas las que hay en este momento.
Un paso adelante supuso la incorporación de recursos multimedia. Primero, la lectura en
audio del evangelio del domingo. Más tarde, conectamos con H2Onews que, de forma
gratuita, proporciona vídeos con noticias sobre la Santa Sede y la Iglesia para páginas
católicas. Y en seguida, surgieron los vídeos con la predicación del evangelio de cada
domingo, todo producción propia, en la sección “elcantarovideo”, y que va ya por el
tercer año de su existencia. Poco a poco he ido mejorando también la calidad y los
efectos de los vídeos. Ahora necesito una cámara mejor, que incorpore salida externa de
micrófono para poder grabar el audio alejado de la cámara, pero hacen falta recursos y
ya llegará cuando se pueda. En You tube, tienen unas cien visitas cada domingo, pero
no incluyen los que lo ven a través de los archivos de envío de correo masivo ni los que
los incluyen en redes sociales como Facebook y otras. Tengo constancia de que son
visionados en algunos colegios en la clase de religión y que son estudiados y analizados.
También me consta que existen grupos de liturgia en las parroquias y comunidades que
preparan la celebración de cada domingo con los materiales de liturgia que propongo.
Y, por supuesto, muchos sacerdotes me dicen que les resulta de gran ayuda para
preparar la homilía, incluso la misa del domingo. También son muy consultados
algunos documentos de otras secciones. Los tres más vistos, en este orden, son “Las
siete palabras de Jesús en la cruz” (Piedad); “Cómo mejorar la autoestima” (de Marisol
Laborda, en Plaza Mayor) y “Jonás, algo más que un libro de aventuras” (de Rafa Fleta,
en Plaza Mayor).
Las visitas se producen cada mes de más de treinta países diferentes, pertenecientes a
los cinco continentes. El número va siempre en alza. A veces sube menos, otras veces
sube más, pero siempre va hacia arriba. En estos momentos, se encuentran unas cien
visitas diarias, lo que supone un total de 3000 mensuales. En la Cuaresma y la Semana
Santa, el número se duplica o se triplica. Si el récord de número de entradas en un solo
día se mantenía hasta ahora en 800, el pasado Viernes Santo rompió todas las barreras, y
sólo en ese día superó las 1.150. Sé que siempre es delicado publicar este tipo de datos,
pero es una forma de celebrar el número cien de elcantarodesicar y de, sobre todo,
agradecer a cuantos apoyáis la página, a cuantos la seguís con asiduidad y a todos los
que dáis ánimos para seguir con ella adelante.
Si la persona y el mensaje de Jesús tienen que ser difundidos hoy en día, deben serlo
también a través de los medios que la sociedad pone a nuestro alcance. Y lo que la falta
de salud en un cura le impide hacer desde una responsabilidad concreta, no le impide ser
evangelizador de otras maneras; en la Red, como es mi caso. Muchas veces soy
consciente de que estoy llegando a mucha más gente por este medio, directa e
indirectamente, de lo que llegaría desde cualquier parroquia o desde cualquier otro
puesto de los que solemos ocupar los presbíteros para el desarrollo de nuestro ministerio
apostólico. Es una forma también de estimularme a mí mismo el pensar este
planteamiento. Realmente, estuvo presente a la hora de decidirme a poner este proyecto
en marcha.
Por cierto, y terminando ya, que me agrada y asombra que justo el número cien coincida
con el número de la Pascua de 2010. Queda todo muy redondo, ¿no? Pues brindo con
todos vosotros por lo conseguido hasta ahora y por que el mensaje de Jesús llene todos
los medios privilegiados de comunicación que la técnica pone a nuestro alcance, aunque
sea de una manera modesta como ésta. El Señor ha resucitado. Felicidades. ¡Aleluya!
martes, 19 de enero de 2010
EL ADIÓS A CARLOS PINTADO

El ictus acabó con su vida entre nosotros. Ya le había dado dos veces en los años recientes y le
habían tenido tiempos prolongados de hospitalización y convalecencia. Dicen que “a la tercera
va la vencida” y así ha sido; esta vez ha resultado vencido. Le dio el segundo domingo de
Navidad (a cuánta gente cercana he tenido que despedir en los tiempos de Navidad; parece
contradictorio). Cinco días más tarde le repitió y le invadió toda la cavidad craneal. Y se acabó.
Así, por sorpresa. Sin haberlo anunciado ni preparado, sin podernos despedir ni darnos un
beso o un abrazo. Otra vez sin decirle cuánto lo he querido y cuánto ha influido en mi vida. Ya
sabemos: son de esas cosas que no se suelen decir con las palabras, sino con los hechos, y que,
aunque no lo verbalices, el otro lo sabe, y tú sabes que lo sabe. Ya es torpeza caer en eso y no
decirlo a menudo, pero en una despedida formal y en este caso definitiva, pues se queda en la
punta de la lengua y te lamentas por haberlo dejado ahí. Desde los tiempos del seminario, en
el que coincidimos un par de años, Carlos ha sido uno de los mejores amigos que he tenido en
mi vida; y yo tengo la convicción de haber sido también otro de sus amigos preferenciales de
entre los muchísimos que tiene. Y es que, cuando hablamos de Carlos, hablamos de alguien
excepcional. No se trata de una persona corriente, sino que es un persona que destaca; ni de
un sacerdote corriente: es también un sacerdote que destaca.
En lo personal, un don de gentes poco común y una sonrisa profidén siempre para el saludo y
la despedida. De lo más versátil en sus aptitudes. Lo mismo para hacer de guía en un viaje que
para dar unos ejercicios espirituales o para predicar en las bodas de plata de un amigo en
Estados Unidos. Lo mismo acompañando al Nuncio o al Cardenal de no sé dónde, que
consolando al último vagabundo que le han llevado al Hospital Provincial. Igual para aconsejar
en leyes a los cargos más altos que para coger la guitarra y amenizar una velada con jóvenes.
Mención especial merece su capacidad de convicción en sus palabras. Quizás no muy dado a la
grandilocuencia, pero hablando con los tonos, con el uso de los silencios, con los gestos de su
cara, con el movimiento de sus brazos. Era el tío más hábil para pedir dinero en la iglesia. El día
que dedicaba parte de su homilía a pedir dinero, ese día se desbordaban las colectas. Así,
acompañó a jóvenes tanto a la vida sacerdotal como a la religiosa o monástica. Tal era la
fuerza de sus palabras; y es que se veían sinceras; hablaba de lo que él creía. Nunca abrió la
boca para cumplir la papeleta, Carlos estaba convencido de cada palabra que pronunciaba.
Como sacerdote, era un todoterreno. Los puestos que ha ido ocupando a lo largo de los años y
su perspicacia personal, han hecho de él el sacerdote más joven con mayores
responsabilidades y el capellán del hospital más pequeño de Zaragoza durante la friolera de
catorce años. Y todo lo llevaba con naturalidad, quitándole importancia cuando la tenía, y
dando todo el valor a su misión más humilde. El sacerdocio se veía en él con toda su grandeza.
Carlos fue un enamorado del sacerdocio desde su etapa en el seminario. Le confería toda la
dignidad de quien es revestido como “alter Christus”. Lo vivía con verdadero entusiasmo, con
verdadera pasión. Era generoso sin medida en su entrega, en su dedicación. No miraba
horarios, no escatimaba esfuerzos ni medios. Y cuánto bien le hicieron los años de capellán en
el hospital. Esa humildad y sencillez evangélicas junto con su fidelidad inquebrantable a la
Iglesia, creo que le acercaron bastante a la santidad. Porque todo eso manaba en él de su
fidelidad a Jesucristo. El seguimiento de Jesucristo y su consagración a él fueron siempre el
motor de su vida y origen de todas sus cualidades sacerdotales y ministeriales.
Por otra parte, siempre ha sido un sacerdote controvertido y polémico. Ya lo era antes de
ordenarse, en el seminario. Sus formas, sus maneras, no siempre han sido bien interpretadas,
y demasiadas veces se han juzgado y condenado junto con la persona. Sus cualidades y sus
responsabilidades provocaban envidias y celos en sacerdotes menos dotados y ávidos de altos
puestos. Ha ido de boca en boca con demasiada facilidad e impunidad. Gente sin escrúpulos y
sin gracia ha humillado a Carlos durante años. A veces las humillaciones han venido de donde
menos motivos ha dado para ellas y desde donde más sabía amar él. Hay algunas cosas que las
sabemos un puñado de gente cercana a él, pero puedo asegurar que Carlos ha sido un
sacerdote probado y bien probado, a derechas y a izquierdas, desde arriba y desde abajo, y
puedo dar testimonio de que su forma de llevar esas cruces, independientemente de que le
hicieran sufrir porque no era de piedra, rozaba si no pisaba, el camino de la santidad. Y tenía
sus cosas y sus fallos, naturalmente, como todos los tenemos; pero eso no merecía un trato
duro y despiadado. Porque su máxima fue siempre que “en todo se haga la voluntad de Dios”.
Y así interpretaba él las cosas, y así respondía: sabiendo que estamos en manos de Dios y que
él debía estar a la altura de lo que Dios le estaba pidiendo en cada momento. Y eso, la gente
seglar con la que trabajó, ajena a esas polémicas, lo supo percibir, pues en todas partes lo
querían con intensidad y sinceridad.
Más que un panegírico sobre la figura de Carlos, he querido dar un testimonio personal desde
mi conocimiento cercano de él y de su vida. Tampoco he podido decirle adiós de otra manera y
quería hacerlo escribiendo estas líneas, sobre todo, porque se lo merece. Me duele y me
fastidia su marcha, pero tengo la serenidad de saber que su fe era profunda, de haber podido
ver y hablar con él de la muerte con ocasión del reciente fallecimiento de varios de sus
hermanos, y me da una inmensa alegría imaginarme la cara de gozo que habrá puesto al
despertar, repentinamente, en la Casa del Padre.
Gracias, Carlos por haber sido mi amigo, por todo lo que hemos compartido y por haberte
cruzado en mi camino. Sabes que nunca te olvidaré. Háblale bien de nosotros al Señor y dile
que le queremos. Ah, y hazme un favor: espérame, anda.
Tu compañero y amigo Juan.
martes, 2 de septiembre de 2008
LA EXPO DE ZARAGOZA
Justo ahora, cuando agosto se despide, faltan dos semanas para que Expo Zaragoza 2008 cierre sus puertas. Será momento para hacer balances más completos y exactos, pero, cumplidos 5/6 de los tiempos de la muestra, podemos sacar unas cuantas conclusiones con un margen de error bastante corto. Por ejemplo, que los que no creían que se fuera a hacer bien se han equivocado. Ha sido un éxito en sí misma y ha supuesto un motor inequívoco de desarrollo para la ciudad de Zaragoza. Se espera que en el tiempo que falta hasta su clausura aumente todavía la afluencia de público. Así lo confirma el hecho de que el último sábado de agosto hubo de cerrar taquillas porque habían entrado 120.000 personas y el recinto no puede albergar a más. Se enviaron mensajes SMS a los teléfonos móviles de las personas que sacaron pase de temporada para informarles de que ese día el aforo estaba completo y no se daría entrada a más gente, teniendo que cancelar, igualmente, la venta de entradas nocturnas, en el día en que actuaba Juan Luis Guerra. Ya la noche anterior hubo una saturación con el recital de Mª Dolores Pradera y Los Sabandeños. Finalmente, la cifra de visitantes se aproximará a los seis millones, tal como la organización había previsto.
Han participado en ella 108 países. Junto con las empresas patrocinadoras y los organismos oficiales, la Expo ha contado con 140 pabellones. Casi todos ellos se han ajustado al lema de la exposición: “Agua y desarrollo sostenible”, de modo que la visita de los pabellones suponía conocer cómo se afronta el problema del agua en las distintas zonas del planeta, y ayudaba a tomar conciencia del problema medioambiental y de los conflictos que va a acarrear el cambio climático. Por primera vez en una Exposición del BIE, la organización se ha encargado de la construcción de los pabellones, de modo que no había en el recinto decenas de ellos, sino seis grandes edificios en los que se distribuían temáticamente por elementos naturales (agua, ríos, viento, lluvia…) los 140 espacios expositivos. Esto ha permitido darle una unidad estética en cuanto a la arquitectura y reducir notablemente la superficie necesaria para su desarrollo. También ha contribuido a ello el hecho de ser la primera vez que una Expo se levanta en dos alturas. Aunque, en realidad, son tres, pues todo el subsuelo alberga un centro inmenso de seguridad desde el que se vigila el recinto con las 350 cámaras de vídeo, se coordinan servicios sanitarios y de emergencias y se vela por la seguridad de la Muestra. Junto a los pabellones, en una calle contigua, Expoagua ha creado las plazas temáticas (agua extrema, sed, ciudades de agua, agua e ingenio, oikos, el faro…) además de varios espacios dedicados a talleres infantiles y actividades como poder jugar con el agua o introducirse en un bosque tropical a través de sus diferentes sonidos. La Expo ha sido también un espectáculo completo. A lo largo de sus 93 días ha producido en su recinto y en la ciudad de Zaragoza más de 5000 actuaciones. Además, su presencia ha movido indirectamente a eventos importantes en diferentes espacios de la ciudad y a exposiciones temáticas en diversos museos, conciertos de órgano en las dos catedrales, música clásica en el auditorio, actuaciones de folclore étnico en la ciudad, y muchas cosas más.
Cuatro han sido las grandes estructuras que la Expo deja como legado en su recinto. El Pabellón Puente se extiende más de 200 metros sobre el río Ebro y es el único puente del mundo que es, todo él, un edificio y puede ser habitado. Se trata de una construcción original y vanguardista, obra de una reconocida arquitecta iraní. IberCaja lo compra cuando acabe la muestra. La Torre del Agua es el edificio más emblemático de la Expo. Con 78 metros de altura, no alcanza a las torres del Pilar (92 metros), pero es visible desde toda la ribera del Ebro. Su planta tiene la forma de una gota de agua. Su exterior es completamente acristalado y unas chapas blancas que rodean cada una de sus alturas le dan dinamismo y volatilidad a su perímetro. Es un edificio sencillo, hueco y que tan solo alberga una exposición en su planta baja. A lo largo de sus galerías cuelga una original estructura de metal que representa la visión de una gota de agua desde la lente de un microscopio. Caja Inmaculada se hace con el edificio cuando acabe la Exposición. El Puente del Tercer Milenio, junto al recinto Expo, es también una estructura moderna y futurista, muy estética, y cierra el tercer cinturón de la ciudad. Era una obra pendiente y supone un nuevo puente sobre el río, al que habría que añadir la pasarela peatonal de Manterola, cuya construcción ha sido debida, igualmente, a la celebración de la muestra internacional. Finalmente, el gran Parque el Ebro, al lado de la Expo, cuenta con 120 hectáreas de zona verde, y 25.000 árboles. Junto a él han estado los edificios de la Villa Expo, centros de prensa y otros. Cuenta con diversos espacios lúdicos como campo de golf, canal de aguas bravas, playa fluvial y diversas instalaciones para el recreo y las actividades deportivas.
Zaragoza se ha transformado en algo más de dos años. La recuperación de las riberas del Ebro ha sido algo espectacular e inesperado. La cantidad de obras y de iniciativas que ha generado la Exposición Internacional ha hecho realidad muchas cosas que, sin ella, no hubieran existido jamás. Es cierto que ha hecho subir los precios en hostelería sobre todo, pero la acometida de tantas obras como ha generado, ha retrasado hasta el otoño el impacto de la crisis económica y laboral que en otras regiones lleva meses afectando.
Y, aun siendo todo muy importante, todo esto es lo que se puede ver con tal que uno no sea ciego. Pero lo más importante casi no se ve o se ve mucho menos. En nuestros brazos y manos podemos ver las venas que hay en nosotros, pero no vemos la sangre que corre por ellas y las hace estar vivas. La sangre que ha circulado estos meses por las venas de la Expo de Zaragoza es la Tribuna del Agua. Ha sido un foro de respuestas, debate y aportaciones al problema del agua y del medio ambiente en la tierra. En ella han intervenido 221 conferenciantes de 47 países distintos; 2000 expertos de los cinco continentes; 280 horas de conferencias y debates; 52 horas de videoconferencias con Asia, África e Iberoamérica; 10 documentos centrales de conclusiones y propuestas; 186 horas de programación audiovisual y 32.000 participantes. Antonio Gala, Ana María Matute o Paulo Coelho han cantado en la Tribuna del Agua, con sus creaciones literarias, a la tierra y al agua. Y no sólo esto, sino que el contenido de sus diez semanas temáticas y el Simposio Internacional sobre agua y desarrollo sostenible, darán lugar al final de la Exposición a la llamada “Carta de Zaragoza”. Este documento brindará las pautas que contribuirán a un nuevo estado de la cuestión en materia de agua y desarrollo sostenible frente a los desafíos que ya anticipa el presente siglo. La Carta de Zaragoza será ofrecida desde la Expo al mundo y espera las adhesiones y los apoyos de terceros, de socios y de amigos, de políticos y de instituciones, que permitan crecer y potenciar el mensaje de esta Carta en beneficio del planeta. La elección del tema de la Exposición fue un acierto; la elección de nuestra ciudad también lo fue; el desarrollo de la Expo lo ha sido igualmente. Quizás el mejor fruto de esta muestra, además de ayudar a crear una conciencia sensible al medio ambiente, sea la posibilidad de convertirse en un elemento de referencia a la hora de afrontar la problemática del agua y el desarrollo sostenible en el mundo. En Zaragoza se han compartido experiencias creativas tanto como originales y viables. En Zaragoza se han aportado soluciones. Pero en Zaragoza, sobre todo, se ha manifestado una voluntad clara y rotunda de abordar estas cuestiones con toda la seriedad y rigor que requieren para el presente y para el futuro.
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