Columnas y artículos de opinión por Juan Segura. Vídeos producidos por el autor. Reflexiones y meditaciones sobre el evangelio de los domingos.
Mostrando entradas con la etiqueta navidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta navidad. Mostrar todas las entradas
miércoles, 17 de diciembre de 2014
PETER PROTAGONIZA UN CUENTO DE NAVIDAD REAL
Nigeriano; quinces años en Sevilla; Peter, de 35 de edad, sobrevive vendiendo pañuelos de papel en un semáforo y estudia medicina por las tardes. Encontró el otro día una cartera con tres mil euros en efectivo y otros quince mil en cheques... y la entregó en la policía. "Es lo que me ha enseñado mi padre", dijo con toda naturalidad. Porque, ¿qué es lo que enseñamos nosotros a nuestros hijos? Haríamos lo mismo. Y no estamos en sus condiciones, no. Él es de piel negra y, además, inmigrante. Cuántas veces le habrán despreciado, le habrán llamado "negro de mierda" o le habrán gritado "vete a tu puto país, que aquí nos quitáis el trabajo". Pero Peter ha hecho lo que debía, lo que era honesto y honrado, lo que le había enseñado su familia al educarlo. ¿Dónde vive Peter? ¿Qué come? ¿Padece pobreza energética? Todo da igual, Peter es así y no ha hecho nada por quedarse con un solo céntimo que no fuera suyo. Y eso que no le faltarían razones para aliviar su conciencia: su situación, enviar dinero a su familia, una buena comida, un invierno calentito... Pero tampoco, Peter no es un hombre ligero de cascos, ni un resentido, ni un vengativo. Peter es un ciudadano ejemplar que nos ha brindado un buen ejemplo y una bella historia de Navidad. La pena fue que el rácano que recuperó su dinero solo le diera cien euros como agradecimiento.
domingo, 6 de enero de 2013
La Navidad, Izquierda Unida y el número Pi
Cuando ya los Reyes Magos han dejado los regalos en los balcones y ventanas de los niños españoles, algún que otro concejal de IU ha lucido las barbas postizas en las cabalgatas del día cinco de enero. Cuando la Navidad estaba al caer, algunos de sus diputados levantaron la polvareda de turno, que unos u otros repiten año tras año, situándose con su gran cultura y sapiencia por encima de la Navidad, tan poco democrática cuando muestra su vertiente religiosa. Todo fue porque el Presidente del Congreso de los Diputados incluyó en su tarjeta de felicitación una minuatura del siglo XV que representa la escena del Nacimiento. Bueno, pues armaron la "marimorena" ante semejante despropósito de la imposición religiosa a todos los diputados y acabaron recomendando al sr. Posada que se guarde la miniatura para verla en su intimidad.
Veamos. El Congreso de los Diputados está configurado en España por 350 diputados. De ellos, en la actualidad, Izquierda Unida tiene once, lo que mejora muchisimo su representación en la legislatura anterior que, si no me engaño, estaba en un solo diputado. Pero no, no quiero minimizar su presencia; es de justicia hablar de su representación actual y no de la de otras etapas legislativas. Once diputados sobre 350 del total, suponen una representación del 3,14. Puesto que los escaños son la representación de la población española, podemos obtener los porcentajes de la misma. Tomando como totalidad de la población española cuarenta y seis millones de habitantes -aunque es algo superior-, Izquierda Unida tiene una representación de 1,44 millones de españoles. Es, más o menos, el equivalente a la ciudad de Valencia.
Analicemos brevemente. La palabra "NA-VI-DAD" es un apócope de la palabra NA-TI-VI-DAD. No menciona de quién, pero no es necesario. En la anterior legislatura, el Gobierno de Zapatero quiso suprimir la palabra del calendario escolar y pretendió llamarla "fiestas de invierno" o "vacaciones de invierno". Igual que en otros terrenos han jugado con el lenguaje y con los conceptos, cayeron en el absurdo y el ridículo al querer suprimir o modificar el concepto de "Navidad". La palabra, en inglés, menciona el nombre de Cristo (Christ-mas viene de Christus); en italiano es "Natale", haciendo referencia al alumbramiento de Jesucristo; y así sucesivamente. Luego, que cada uno celebre lo que quiera y viva con lilbertad estas fiestas según sus costumbres, creencias o descreencias. Pero lo que no se puede es tratar de inmponer a todos una sola forma de ver las cosas, porque, insisto, la propia palabra, en este caso, expresa su significado y su cocepto. Si hiciéramos caso a este 3,14 de los representantes del pueblo, habría que prohibir que sonasen en espacios públicos y en la radio y TV públicas melodías como "Noche de Paz", "Adeste Fideles"; la Orquesta de RTVE debería suprimir todo su repertorio religioso, incluido el "Aleluya" de Häendel, Réquiem de Mozart y mucho más; habría que prohibir las reproducciones de escenas de obras pictóricas con temática navideña en los sellos de correos o en los décimos de la lotería de Navidad o de El Niño; y así un largo etcétera de cosas. Me temo que este tipo de medidas han ocurrido solo en países donde no se respetaban, precisamente las libertades de las personas. En España y en este momento sería, desde luego, caer en lo ilógico y en el absurdo.
Estoy convendio de que lo que yo piense no va a tener repercusión alguna en ninguna formación política ni en la política nacional, pero pienso algo más que no quiero dejar de exponer. La izquierda política se caracteriza, al menos en la teoría, por el favorecimiento de las políticas sociales. La iglesia Católica es la institución que mayor obra y acción social desarrolla en nuestro país. Si éste es un punto en común y España está atravesando unos momentos de especial sufrimiento social, ¿por qué en lugar de tirarnos pedradas por cuestiones ideológicas no unimos nuestras fuerzas en una acción social coordinada y conjunta? Desde luego, la mayor beneficiaria sería la población española y, entre ella, los más pobres y necesitados. ¿No es eso, al fin y al cabo, lo que buscamos unos y otros? Es verdad que esta colaboración se da en no pocos ayuntamientos, donde la política se ejerce más a pie de calle, pero ¿por qué no hacer lo mismo en un gran pacto nacional? Después, que cada uno crea libremente en lo que quiera, pero los pobres nos reclaman a unos y otros y estamos perdiendo la oportunidad de unir fuerzas para favorecerles con mucha mayor eficacia. Y es que todas las izquierdas tienen una representación muy muy amplia en el Parlamento y en la sociedad española. Muy pocos verían ese pacto con malos ojos.
Veamos. El Congreso de los Diputados está configurado en España por 350 diputados. De ellos, en la actualidad, Izquierda Unida tiene once, lo que mejora muchisimo su representación en la legislatura anterior que, si no me engaño, estaba en un solo diputado. Pero no, no quiero minimizar su presencia; es de justicia hablar de su representación actual y no de la de otras etapas legislativas. Once diputados sobre 350 del total, suponen una representación del 3,14. Puesto que los escaños son la representación de la población española, podemos obtener los porcentajes de la misma. Tomando como totalidad de la población española cuarenta y seis millones de habitantes -aunque es algo superior-, Izquierda Unida tiene una representación de 1,44 millones de españoles. Es, más o menos, el equivalente a la ciudad de Valencia.
Analicemos brevemente. La palabra "NA-VI-DAD" es un apócope de la palabra NA-TI-VI-DAD. No menciona de quién, pero no es necesario. En la anterior legislatura, el Gobierno de Zapatero quiso suprimir la palabra del calendario escolar y pretendió llamarla "fiestas de invierno" o "vacaciones de invierno". Igual que en otros terrenos han jugado con el lenguaje y con los conceptos, cayeron en el absurdo y el ridículo al querer suprimir o modificar el concepto de "Navidad". La palabra, en inglés, menciona el nombre de Cristo (Christ-mas viene de Christus); en italiano es "Natale", haciendo referencia al alumbramiento de Jesucristo; y así sucesivamente. Luego, que cada uno celebre lo que quiera y viva con lilbertad estas fiestas según sus costumbres, creencias o descreencias. Pero lo que no se puede es tratar de inmponer a todos una sola forma de ver las cosas, porque, insisto, la propia palabra, en este caso, expresa su significado y su cocepto. Si hiciéramos caso a este 3,14 de los representantes del pueblo, habría que prohibir que sonasen en espacios públicos y en la radio y TV públicas melodías como "Noche de Paz", "Adeste Fideles"; la Orquesta de RTVE debería suprimir todo su repertorio religioso, incluido el "Aleluya" de Häendel, Réquiem de Mozart y mucho más; habría que prohibir las reproducciones de escenas de obras pictóricas con temática navideña en los sellos de correos o en los décimos de la lotería de Navidad o de El Niño; y así un largo etcétera de cosas. Me temo que este tipo de medidas han ocurrido solo en países donde no se respetaban, precisamente las libertades de las personas. En España y en este momento sería, desde luego, caer en lo ilógico y en el absurdo.
Estoy convendio de que lo que yo piense no va a tener repercusión alguna en ninguna formación política ni en la política nacional, pero pienso algo más que no quiero dejar de exponer. La izquierda política se caracteriza, al menos en la teoría, por el favorecimiento de las políticas sociales. La iglesia Católica es la institución que mayor obra y acción social desarrolla en nuestro país. Si éste es un punto en común y España está atravesando unos momentos de especial sufrimiento social, ¿por qué en lugar de tirarnos pedradas por cuestiones ideológicas no unimos nuestras fuerzas en una acción social coordinada y conjunta? Desde luego, la mayor beneficiaria sería la población española y, entre ella, los más pobres y necesitados. ¿No es eso, al fin y al cabo, lo que buscamos unos y otros? Es verdad que esta colaboración se da en no pocos ayuntamientos, donde la política se ejerce más a pie de calle, pero ¿por qué no hacer lo mismo en un gran pacto nacional? Después, que cada uno crea libremente en lo que quiera, pero los pobres nos reclaman a unos y otros y estamos perdiendo la oportunidad de unir fuerzas para favorecerles con mucha mayor eficacia. Y es que todas las izquierdas tienen una representación muy muy amplia en el Parlamento y en la sociedad española. Muy pocos verían ese pacto con malos ojos.
viernes, 28 de enero de 2011
BELÉN HISTÓRICO FAMILIAR. Navidad 2010
Mi madre, Mª Nieves Ferrer, coleccionó desde niña, año tras año, figuritas y escenas para el Belén. En este reportaje, en el que se distinguen de otras figuras y complementos más modernos, se ve el legado de mi madre, de su devoción por la Navidad, en un montaje en el que muestra todo su esplendor. Buena parte de las figuras supera los 70 años.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)