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sábado, 18 de abril de 2015

UNA VELA A DIOS Y OTRA PARA EL DIABLO

Ser cristiano es cosa seria. No es un juego ni una frivolidad ni siquiera un modo de calmar la conciencia de los propios remordimientos. Lo digo porque en la piedad popular se ven cosas muy estrambóticas y surrealistas en torno al hecho religioso. Hay personas que no tienen un mínimo sentir cristiano y que se enfundan un hábito en Semana Santa para salir en una procesión con el caperuzo de penitente. Personas que atacan a la Iglesia, que ofenden a Dios de forma sistemática y que pasan a besar un Cristo. Gente que hace daño, mucho daño a los demás pero acude a una romería como si tal cosa. Cierto es que solo Dios conoce el corazón y la conciencia de cada uno, pero no es menos cierto que a Jesús lo entregaron con un beso. Y que las obras de cada uno en el día a día muestran dónde estamos realmente. Meditando esta Semana Santa en la Pasión del Señor Jesús, recordaba que los mismos que lo condenaron a muerte se marcharon desde el Gólgota a toda prisa a honrar a Dios porque era la hora de preparar la cena de su pascua. Se fueron a dar culto a Dios cuando lo tenían con ellos y lo acababan de asesinar. ¿Acaso pudo Dios recibir con agrado ese culto de manos manchadas? Desde luego que no. Y es que una cosa es el lado superficial que mostramos y otra bien distinta puede ser el mundo interior en el que vivimos. El culto son ritos externos, pero la procesión, la procesión auténtica, debe ir por dentro. Si no es así, somos más hipócritas que los fariseos y los saduceos de aquel Sanedrín. Pues eso. 

martes, 16 de septiembre de 2014

CADA JUEVES SE EXPONEN LOS CORPORALES DE DAROCA

Desde que yo era pequeño, he sentido devoción y veneración hacia los Sagrados Corporales de Daroca; al fin y al cabo, la ciudad se encuentra cercana a mi pueblo natal. Ya de pequeño me contaban que algunas personas iban allí a someterse a algún tipo de exorcismo, o que los Corporales tenían la facultad de expulsar al Maligno en algunas personas que se comportaban de formas extrañas y se creía que el diablo vivía dentro de ellas. Creo, aunque lo digo sin tener datos, que ese aspecto de la devoción a los Corporales ha caído en desuso. De mayor, comprendí que la presencia de los Corporales era la presencia del Santísimo Sacramento. Recién ordenado diácono, fuimos a Daroca de excursión con el grupo que participaba en las tareas de la parroquia de Santa Isabel. El sacerdote que nos atendió, D. Julián, cayó en la cuenta de que había recibido el diaconado en fechas recientes y me invitó a exponerlo. Fue muy emotivo para mí, puesto que iba a ser la primera vez que expusiera el Santísimo, y lo iba a hacer nada menos que con los Corporales de Daroca. Más tarde, participé un año como sacerdote el día de su fiesta y los acompañé en su procesión. Dese hace tiempo, procuro hacerles una visita al año, normalmente coincidiendo con mis vacaciones. He estado por estas fechas y me he sorprendido cuando, al entrar en la Basílica que los alberga, me los he encontrado expuestos al público. Yo había elegido un jueves para visitarlos; todos los jueves del año tienen en la Iglesia un marcado carácter eucarístico en memoria de que la última cena de Jesús fue el jueves de la primera Semana Santa.
El corporal milagroso, del siglo XIII, que contiene las seis hostias ensangrentadas, se guarda en una cajita rectangular, regalo de los Reyes Católicos, que se puede abrir y cerrar. Esa caja, a su vez, es la que está contenida en una arqueta de plata, que posee un eje giratotio, y que permite girarla hacia la estancia que hay detrás del retablo al igual que hacia el interior de la capilla. El óculo ovalado que hay en el retablo deja ver la caja de plata con las puertas cerradas; así es como se presenta normalmente. Hasta ahora, de forma excepcional, cuando se daba la visita de un grupo numeroso y solo en otras ocasiones especiales, los fieles podían ver el Corporal del milagro. Ahora, el nuevo párroco, el padre José, ha decidido exponerlos cada jueves a las seis y media de la tarde. Ante ellos se reza el rosario; a continuación se celebra la misa y después se tiene una media hora de adoración con las vísperas y la Hora Santa. En total, noventa minutos consecutivos de exposición.

  En Daroca se refieren a los Corporales como "El Santísimo Misterio". Fue el 23 de febrero de 1239, cuando el Rey de Aragón, Jaime I, se encontraba en la empresa de la reconquista de Valencia. En esa jornada, Mosén Mateo celebraba misa para cinco capitanes (uno de ellos era de Daroca) y se vio interrumpida por el ataque de las tropas enemigas. Antes de la comunión, el sacerdote escondió el corporal con las seis hostias consagradas bajo unas piedras. Librada la batalla, los capitanes y su capellán fueron a recibir la comunión, cuando, al retirar las piedras, encontraron que las seis hostias se habían hecho uno con el tejido del corporal (ya no se podían soltar de él; estaban entre el tejido de la tela), siendo que cada una de ellas contenía una mancha de sangre. El Cuerpo y la Sangre del Señor, que eso es la Eucaristía, se habían manifestado en las especies consagradas de ese corporal. El 7 de marzo del mismo año 1239, los Corporales llegaban a Daroca sobre una burra que los portó desde la localidad de Luchente, donde tuvo lugar el prodigio. Y todo esto está atestiguado y debidamente formalizado con actas notariales cercanas al momento en que acaeció el milagro. En este año 2014 se ha cumplido el 775 aniversario de estos acontecimientos, que 25 años más tarde (750 aniversario), influirían en la insitución de la solemnidad del Corpus Christi en la Iglesia universal. En la Basílica daroncense se encuentra la bandera de las cuatro barras rojas, señal del Rey de Aragón, que Jaime I de Aragón portó en la Reconquista de Valencia.

Como siempre, fue para mi una gran confortación espiritual la de poder postrarme ente los Sagrados Corporales y meditar ante ellos en el misterio eucarístico. Solo que esta vez, fue con asombro y gran emoción al poderlos contemplar largamente sin haberlo esperado. Felicito al padre José por su iniciativa y espero que perdure en el tiempo como el momento de cada semana en que podemos ver con nuestros ojos y rezar ante los Corporales de Daroca.Deo gratias