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martes, 16 de septiembre de 2014

CADA JUEVES SE EXPONEN LOS CORPORALES DE DAROCA

Desde que yo era pequeño, he sentido devoción y veneración hacia los Sagrados Corporales de Daroca; al fin y al cabo, la ciudad se encuentra cercana a mi pueblo natal. Ya de pequeño me contaban que algunas personas iban allí a someterse a algún tipo de exorcismo, o que los Corporales tenían la facultad de expulsar al Maligno en algunas personas que se comportaban de formas extrañas y se creía que el diablo vivía dentro de ellas. Creo, aunque lo digo sin tener datos, que ese aspecto de la devoción a los Corporales ha caído en desuso. De mayor, comprendí que la presencia de los Corporales era la presencia del Santísimo Sacramento. Recién ordenado diácono, fuimos a Daroca de excursión con el grupo que participaba en las tareas de la parroquia de Santa Isabel. El sacerdote que nos atendió, D. Julián, cayó en la cuenta de que había recibido el diaconado en fechas recientes y me invitó a exponerlo. Fue muy emotivo para mí, puesto que iba a ser la primera vez que expusiera el Santísimo, y lo iba a hacer nada menos que con los Corporales de Daroca. Más tarde, participé un año como sacerdote el día de su fiesta y los acompañé en su procesión. Dese hace tiempo, procuro hacerles una visita al año, normalmente coincidiendo con mis vacaciones. He estado por estas fechas y me he sorprendido cuando, al entrar en la Basílica que los alberga, me los he encontrado expuestos al público. Yo había elegido un jueves para visitarlos; todos los jueves del año tienen en la Iglesia un marcado carácter eucarístico en memoria de que la última cena de Jesús fue el jueves de la primera Semana Santa.
El corporal milagroso, del siglo XIII, que contiene las seis hostias ensangrentadas, se guarda en una cajita rectangular, regalo de los Reyes Católicos, que se puede abrir y cerrar. Esa caja, a su vez, es la que está contenida en una arqueta de plata, que posee un eje giratotio, y que permite girarla hacia la estancia que hay detrás del retablo al igual que hacia el interior de la capilla. El óculo ovalado que hay en el retablo deja ver la caja de plata con las puertas cerradas; así es como se presenta normalmente. Hasta ahora, de forma excepcional, cuando se daba la visita de un grupo numeroso y solo en otras ocasiones especiales, los fieles podían ver el Corporal del milagro. Ahora, el nuevo párroco, el padre José, ha decidido exponerlos cada jueves a las seis y media de la tarde. Ante ellos se reza el rosario; a continuación se celebra la misa y después se tiene una media hora de adoración con las vísperas y la Hora Santa. En total, noventa minutos consecutivos de exposición.

  En Daroca se refieren a los Corporales como "El Santísimo Misterio". Fue el 23 de febrero de 1239, cuando el Rey de Aragón, Jaime I, se encontraba en la empresa de la reconquista de Valencia. En esa jornada, Mosén Mateo celebraba misa para cinco capitanes (uno de ellos era de Daroca) y se vio interrumpida por el ataque de las tropas enemigas. Antes de la comunión, el sacerdote escondió el corporal con las seis hostias consagradas bajo unas piedras. Librada la batalla, los capitanes y su capellán fueron a recibir la comunión, cuando, al retirar las piedras, encontraron que las seis hostias se habían hecho uno con el tejido del corporal (ya no se podían soltar de él; estaban entre el tejido de la tela), siendo que cada una de ellas contenía una mancha de sangre. El Cuerpo y la Sangre del Señor, que eso es la Eucaristía, se habían manifestado en las especies consagradas de ese corporal. El 7 de marzo del mismo año 1239, los Corporales llegaban a Daroca sobre una burra que los portó desde la localidad de Luchente, donde tuvo lugar el prodigio. Y todo esto está atestiguado y debidamente formalizado con actas notariales cercanas al momento en que acaeció el milagro. En este año 2014 se ha cumplido el 775 aniversario de estos acontecimientos, que 25 años más tarde (750 aniversario), influirían en la insitución de la solemnidad del Corpus Christi en la Iglesia universal. En la Basílica daroncense se encuentra la bandera de las cuatro barras rojas, señal del Rey de Aragón, que Jaime I de Aragón portó en la Reconquista de Valencia.

Como siempre, fue para mi una gran confortación espiritual la de poder postrarme ente los Sagrados Corporales y meditar ante ellos en el misterio eucarístico. Solo que esta vez, fue con asombro y gran emoción al poderlos contemplar largamente sin haberlo esperado. Felicito al padre José por su iniciativa y espero que perdure en el tiempo como el momento de cada semana en que podemos ver con nuestros ojos y rezar ante los Corporales de Daroca.Deo gratias

viernes, 24 de mayo de 2013

EL LAPAO Y LA CUATRIBARRADA

Nuestros vecinos los catalanes, que ahora se encuentran en una propuesta institucional para secesionarse del
estado español, se han molestado, y mucho, porque las Cortes de Aragón (que no son dependientes de Cataluña y que representan la soberanía de los aragoneses dentro del estado de España) han aprobado una Ley de Lenguas en las que reconoce el LAPAO como Lengua Aragonesa Propia de Aragón Occidental (acrónimo: LAPAO). El problema que ven nuestros vecinos es que quieren que a esa lengua se le llame simple y llanamante "catalán", sin matizaciones.

La cosa viene de que en algunas zonas de Huesca (al Norte) y de Teruel (al Sur) son bilingües; y, además de hablar el español (aquí le llaman "castellano" algunas veces) hablan lo que ellos denominan "el chapurriao". Esto es debido a la proximidad de los territorios oscenses a los catalanes, y los turolenses, además, a los valencianos. Ambos territorios son denominados como "la franja oriental de Aragón". Yo he vivido unos años con la gente de Teruel próxima a Valencia y Cataluña y -en serio- se enfadan si les dices que hablan catalán. No quieren ni por asomo oír decir que ellos hablan catalán. Lo afirman con rotundiad: "Aquí no hablamos catalán; hablamos chapurriao". Es más, yo he visto como lo llegan a hablar con cierto complejo. La cosideran una lengua de andar por casa, para hablarla en el pueblo y con la familia pero nada más. Yo siempre les decía que era una riqueza suya de la que debían sentirse orgullosos y que debían defender. Pero ellos decían que no; que el lenguaje culto es el castellano. Alguna vez hice algún conato de sondeo para celebrar un día una misa en chapurriao y no consentían de ninguna de las maneras. La misa es sagrada y celebrarla en chapurriao sería una falta de respeto a Dios para ellos, un uso indebido de una lengua que solo "sirve" para comunicarse entre ellos pero que no debe usarse para nada culto, oficial o sagrado.

La verdad es que la denominación de "LAPAO" es novedosa; un invento, vaya. Desconozco los motivos por los que la Ley de Lenguas de las Cortes de Aragón no han adoptado el nombre de "chapurriao" para denominar esa lengua, que es como la denominan quienes la hablan a diario. Se me ocurre que quizás puede ser para liberarla de esa connotación negativista que muchos expresan sobre ella. De lo que sí estoy seguro es de que si en la Ley apareciera como "catalan", la inmensa mayoría de esa buena gente se vería ofendida y exigiría, más pronto que tarde, que fuera llamada de otra manera. Quizás en eso, las Cortes aragonesas hayan acertado, adelantándose, pese al asombro de muchos.

Nuestros queridos amigos y vecinos de Cataluña han reaccionado pidiendo a las instituciones aragonesas que corrijan y lo llamen, sencillamente, catalán. Nosotros nos sentimos contentos de ser de Aragón, una tierra de interior, de secano, pobre y despoblada; con un paisaje agreste, con una población envejecida aunque con una gran ciudad, Zaragoza, que nos dicen que es ya la cuarta ciudad de España. También nos parece estupendo que ellos sean muchos, que tengan unas tierras fértiles que tiñen de verde sus paisajes, un importantísimo tejido industrial y de servicios, además de varios cientos de kilómetros de litoral. Nada que ver el nivel de vida comparado entre Cataluña y Aragón. Pero, algunas veces, no nos dejan ni ser pobres. Les gusta publicar mapas en los que incluyen municipios aragoneses dentro del territorio catalán; se niegan a devolver objetos de iglesias y retablos que la Santa Sede ha ordenado, en varias sentencias, que se devuelvan a las parroquias aragonesas de donde salieron; pretenden romper la gestión mancomunada de la cuenca del río Ebro para gestionar ellos solos el trazado sobre Cataluña y el delta; y, lo que peor nos sabe y tenemos que tragar con ello, es que se han apropiado de nuestra bandera y la llaman "bandera catalana" y "senyera". No me cabe ni siquiera imaginar que las instituciones aragonesas pudireran dirigirse a las catalanas exigiendo que, en todos los documentos oficiales, cambien la denominación de la bandera catalana por la de "bandera aragonesa" o "bandera de la Corona de Aragón" o, cuaando menos, la "cuatribarrada". Eso es lo que es en realidad.

La bandera de cuatro barras rojas sobre fondo dorado o amarillo era el Señal Real del Rey de Aragón (puede verse tanto de modo vertical como horizontal). Los condados catalanes se anexionaron al Reino de Aragón por el matrimonio del Conde de Barcelona con la Reina Petronila de Aragón. Él mantuvo su título de "Conde de Barcelona" pero no adquirió el de "Rey -ni siquiera consorte- de Aragón". Ostentó, sin embargo, el título de "Príncipe", desde lo cual se empezó a hablar del "Principado de Cataluña". El linaje real de la Casa de Aragón siguió reinando en el territorio anexionado. El rey Don Jaime I conquistó Mallorca y Valencia. No los anexionó a su reino, sino que los estableció como dos reinos más en los que reinaba el Rey de Aragón. Más adelante, hubo expansión por otras plazas del Mediterráneo. Todas ellas formaron la Corona de Aragón. Nunca existió lo que algunos se empeñan en llamar públicamente "la Corona catalano-aragonesa"; es, encillamente, una manipulación de la historia, barriendo para casa por parte de los catalanes. La constancia documental de la bandera del Rey de Aragón es de comienzos del siglo XII, con Alfonso II de Aragón, aunque venía usándose de antes. Su origen es incierto, pero la versión más probable es que sea concesión del papado, pues Sancho Ramírez (Sancho I de Aragón) viajó a Roma en 1068 para rendir vasallaje al Papa y consolidar, así, el reino de Aragón, que lo nombró su "portaestandarte". Curiosamente, los dos colores -oro y gules- eran entonces los colores pontificios. Así los podemos ver en la umbela de la Basílica de Daroca, como en otra que hay en Salamanca. Eran también los colores de más prestigio en heráldica . La bandera que vemos en la imgen es la que se conserva en Daroca y que portaba en rey don Jaime en la conquista de Valencia, en la primera mitad del siglo XIII. El Señal Real de la Corona de Aragón aparece también en el escudo de los Reyes Católicos, en el siglo XV, tanto como en el acutal escudo de España. El humanista aragonés Joaquín Costa alzó la voz defendiendo la bandera cuatribarrada cuando fue retirada del escudo nacional para poner la de la casa de Saboya en la dominación francesa, durante el siglo XIX. En estos momentos, las cuatro comunidades españolas que pertenecieron a la Corona de Aragón cuentan con la presencia de la cuatribarrada en sus banderas y escudos. Pero Cataluña se la apropia llamándola "catalana", y con esa denominación nos la está expropiando a todos los demás y, además, falta a la verdad. Antes de ser aragoneses, los catalanes fueron franceses. Ahora enarbolan la bandera aragonesa para reclamar independencia con respecto al resto de España, una bandera bajo la que no fueron independientes, sino aragoneses y, como tales, anexionados al reino de España. Si alzan la voz para reclamar que el "chapurriao" se llame "catalán" en Aragón, digan en voz alta que su bandera es la de la Corona de Aragón. O, al menos, oficialicen la que añade una estrella de cinco puntas y un triángulo a las barras. Rigurosamente hablando, esa sí que es catalana, pero no la que tienen como oficial, que es común a Aragón, Valencia y Baleares además de Cataluña.