lunes, 21 de agosto de 2017

ATACADOS


Interior de La Sagrada Familia, Barcelona, Cataluña, España. #Gaudí

Los días 17 y 18 de agosto de 2017,
ATAQUES YIHADISTAS EN ESPAÑA: BARCELONA Y CAMBRILS
   A propósito de los ataques terroristas sufridos en España en los últimos días y saliendo al paso de todo lo que se está publicando en Internet, redes sociales, etc. quiero proponer algunos puntos de reflexión partiendo de mi propio análisis y de la visión cristiana de los hechos y sus reacciones.

Principios generales:
1. El terrorismo yihadista es un asunto muy complejo y no se puede ni se debe simplificar en afirmaciones aisladas y contundentes fruto del sentimiento que provocan los ataques. Este tipo de terrorismo esconde, bajo pretexto de índole religiosa, no pocos intereses conformados por aspectos de índole política, social y económica.
2. No todo el mundo islámico interpreta de la misma manera el libro sagrado de los musulmanes, el Corán, ni el mandamiento de la "guerra santa contra los infieles". De hecho, el mundo musulmán carece de unidad. Existen las facciones chií y suní, enfrentadas entre sí, que se atacan mutuamente. El salafismo, nacido en el siglo XIX, es una tendencia purista del Islam y bajo su manto se cobija buena parte del islamismo radical y de los terroristas de la yihad.
3. A los cristianos no se nos permite odiar, ni siquiera como reacción a unas acciones tan criminales. El Evangelio de Jesús nos enseña que Dios no le retira su amor al pecador, sino que sigue esperando siempre su conversión. Recordemos la actitud del Padre en la llamada parábola del hijo pródigo (Lucas, 15, 11-32). Jesús nos enseñó a amar a los propios enemigos; por tanto, debemos rezar por ellos y por su conversión.
4. Una parte del Antiguo Testamento habla de un Dios guerrero, que favorece a Israel y aplasta a los demás pueblos. Esta concepción hizo nacer el nacionalismo judío; sin embargo, ya los profetas intentaron cambiar esa mentalidad y abrir el amor y la acción de Dios a la universalidad, pero fue Jesús quien nos trajo una imagen completamente diferente de Dios reforzada con el testimonio de la entrega de su vida por misericordia hacia todo el género humano: "Quien me ve a mí ha visto al Padre" (Juan 14, 9) y "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10, 30).
5. Este tipo de ataques generan y divulgan contenidos racistas e islamófobos. Esto responde al conocido principio de que "a río revuelto, ganancia de pescadores"; se trata, por tanto, de algo completamente oportunista y arbitrario. Según los principios anteriores, hemos de concluir que esos extremos no son cristianos; contradicen la enseñanza de Jesús y no nos resultan permitidos a los que profesamos la fe cristiana.

Análisis de algunos aspectos.
Desde siempre y a lo largo del tiempo, la Iglesia ha orado por la paz en el mundo. Ante acontecimientos como estos, cobra aún mayor sentido si cabe orar más intensamente por la paz en y entre todos los pueblos. La oración requiere también incluir la plegaria por la conversión de quienes promueves, alientan y encubren a los que cometen tales acciones terroristas. La oración, a la vez que el auxilio personal, se hace todavía más necesaria dirigida a las víctimas, a sus familiares, amigos y allegados. La necesidad que se plantea no es solo de naturaleza sanitaria, sino que muchas de las víctimas necesitarán apoyo y refuerzo psicológico y moral durante largo tiempo hasta poder enfrentar de nuevo la vida cotididana; para todas las víctimas habrá un antes y un después de los atentados en su vida. Por supuesto que la oración por los difuntos y el ofrecimiento de misas y actos litúrgicos son un verdadero consuelo para los familiares que son creyentes.

Se constata que acciones de esta naturaleza como las que estamos considerando, despiertan un amplio despliegue de solidaridad que, de otra manera, parece oculta y que no se manifiesta en la vida ordinaria. La noche del día 17 de agosto, los hospitales de Barcelona se colapsaron por la cantidad de gente que acudió a donar sangre. Muchos establecimientos hoteleros ofrecieron gratis sus plazas vacantes a los vecinos que, por el cordón policial establecido, no podían llegar a sus casas o a sus hoteles en el caso de los turistas. Muchos taxistas realizaron sin cobrar todas las carreras que necesitaban los afectados y sus familiares. Toda España se consternó y se solidarizó con Cataluña por los terribles momentos que le estaba tocando vivir. Se establecieron tres días de luto nacional y llegaron muestras de solidaridad desde todas partes del mundo, comenzando por los países europeos que ya habían pasado antes por lo mismo. La gente, en general es solidaria, pero el egoísmo se nota más en la vida diaria. ¿Por qué hay que esperar a que pasen estas cosas para que dejemos de ser egoístas por unas horas o por unos días? La solidaridad es un valor humano y cristiano al que no debemos renunciar nunca para hacer de nuestro mundo un mundo mejor. Hay que apostar por una actitud solidaria de la existencia humana de la vida entera. La solidaridad es capaz de sacar lo mejor de todas las personas; la solidaridad nos une, el egoísmo nos enfrenta.

El papel de las comunidades musulmanas en España y en Europa. Es verdad que dicen, con toda la razón, que no debemos meterles a todos en el mismo saco, que la mayoría de ellos no son violentos y que el Islam es una religión de paz. Sin embargo, ellos se repliegan ante los atentados. Deberían ya manifestarse sin tardar más. Deberían salir de sus casas, acudir a las mismas concentraciones de repulsa, a las mismas manifestaciones solidarias que todos nosotros y desmarcarse definitivamente de los violentos. Tienen que hacer visible que no forman parte de ellos, que los terroristas se han desmarcado del verdadero Islam. Forman parte de nuestra sociedad y los ataques van también contra ellos. El silencio puede hacerlos cómplices por omisión; que salgan a las calles y hagan visible que no están con los terroristas. Y otra cuestión que conviene abordar, es la vigilancia de las mezquitas, el mensaje que se difunde y las enseñanzas de los imanes. Todo el mundo tiene derecho a rezar y a tener sus templos, pero lo que no se puede permitir es que se usen como nidos de terroristas. Mezquitas, sí pero vigiladas; y seguir bien de cerca los pasos de los imanes que ejercen dentro de nuestro país y del resto de países amenazados.

Cataluña es parte de España. Esto es oficial y objetivamente así y solo dos o tres millones de catalanes lo cuestionan; no se cuestiona en ninguna otra parte del planeta. El mundo entero ha percibido que los ataques de Barcelona y Cambrils se han perpetrado en España. Se acaban de cumplir veinticinco años de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. ¿Qué quedó en la memoria del mundo, que los Juegos habían sido en Cataluña o que habían sido en España? En ambos casos, se afirma que los Juegos se celebraron en España, o ¿es que España no los financió? España no financiaría unos juegos en París o en Lisboa, pero los financia en Cataluña porque Cataluña es parte de España. Resulta vomitivo ver al consejero catalán de interior enumerar las nacionalidades de las víctimas de los atentados y diferenciar en la lista las víctimas catalanas de las víctimas españolas. Es igualmente repugnante ver cómo se pide que para recordar a las víctimas de los atentados no se empleen las banderas españolas, llamando a exhibir la bandera de Cataluña o la estelada. Todos los españoles hemos sido golpeados en estos ataques y así lo entienden tanto los españoles como el resto del mundo.

Durante mucho tiempo, se han desarticulado en toda España células terroristas y se han desbaratado atentados yihadistas. ¿Cómo doce activistas han estado preparando estos atentados durante seis meses en la casa que voló en Alcanar la noche anterior a los ataques sin que fueran detectados? La policía catalana -denominada "Los Mossos"- no puede tener ni la experiencia ni el entrenamiento de las fuerzas de seguridad como la Policía Nacional o la Guardia Civil. No sé si los servicios de inteligencia españoles tienen también delimitadas sus funciones dentro de Cataluña, pero da la impresión de que los terroristas han escogido un territorio donde la fuerza policial es más débil que en el resto del Estado. Si eso es así, debería revisarse por el bien de los catalanes y de todos. Por otra parte, el pasado diciembre, el Ministerio de Interior recomendó a las autoridades catalanas y de la ciudad de Barcelona que instalasen bolardos en las Ramblas porque era un lugar vulnerable al modus operandi del atentado con camión en Niza; se hizo caso omiso. Los servicios de inteligencia estadounidenses (la CIA) habían alertado dos meses antes a las autoridades de que Barcelona era un objetivo yihadista. La pregunta es hoy inevitable: ¿Se hizo en Cataluña todo lo que se podía hacer para haber frustrado estos atentados? Todas las fuerzas de seguridad de los países europeos están coordinadas, ¿tiene esa misma coordinación la policía catalana con las fuerzas de seguridad del Estado y con las demás de Europa?¿Hay algunas responsabilidades o negligencias que depurar? Aún tenemos el nudo en la garganta y las lágrimas fáciles en nuestro rostro, pero en los próximos días, alguien tendría que responder a estas cuestiones.







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