A principios de este mes de noviembre de 2009, tenía lugar en Zaragoza
el IV Congreso Internacional Provida, con mil participantes de un gran
número de países y la concurrencia de expertos de distintas nacionalidades
en torno a la bioética y científicos importantes, estudiosos de la vida en
sus primeros estadios. Las ediciones anteriores se celebraron los
anteriores años impares en Madrid, Lima y México, respectivamente. En
Zaragoza, en todo lo que se editó en información gráfica y en internet,
aparecía a la cabeza de las entidades colaboradoras CAI. Con su logotipo
bien alto y bien claro. Sí, señor. CAI es provida, dando la cara, como debe
ser. Podrán imaginarse que le llovieron las críticas, de inmediato,
procedentes de las filas de los que ya sabemos. Pero eso no importa, lo
que importa es decir lo que se piensa, es dar la cara y es apoyar la justicia
y la vida. Porque quien apoya la vida, defiende la justicia.
Todos sabrán que las Cajas de Ahorro tienen una filosofía diferente a la
de los bancos, pues, además de la rentabilidad –necesaria para la propia
subsistencia- tiene como fines primordiales el revertir en la sociedad una
buena parte de su ganancia. Así, algunas entidades se dedican a hacer
exposiciones, convenciones culturales, financiación de publicaciones,
acciones que raramente salen del mundo de la cultura, como promoción de
grupos teatrales, conciertos musicales, etc. Pero la CAI, no. La CAI se
“moja” con los pobres y los marginados de la sociedad. También organiza
actos culturales, pero su presupuesto social no se va en eso, no. En
www.cai.es podemos ver la extensa labor social asistencial que realiza esta
entidad aragonesa. Centros de día, residencias geriátricas, centros
especializados para enfermos de alzheimer, colaboración con Cáritas en
Proyecto Hombre, colaboración con la fundación Federico Ozanám en la
atención a inmigrantes y a los desfavorecidos, apartamentos tutelados,
terapia ocupacional para discapacitados, centro para la práctica del
deporte adaptado, colaboración con empresas de inserción social, granjaescuela
de capacitación profesional para personas con dificultad de
inserción profesional... Podemos ver también cómo colabora en países del
Tercer Mundo con otras entidades como “Movimiento por la Paz, el
Desarme y la Libertad”, “Ayuda en Acción – Comité Local de Zaragoza”,
“Fundación Intermón”, “Asociación Solidaria Aragonesa”, “Misioneros
Combonianos en Teruel”, “Fundación San Valero”, “Medicus Mundi”,
“Cruz Roja Española”, “Colegio Salesianos de Zaragoza”, “Cáritas”,
“Manos Unidas”, “Arquitectos Sin Fronteras”, “UNICEF”, “Asociación
Internacional Juventud Idente”, “Fraternidad sin Fronteras”, etc. Ha
prestado su ayuda ante catástrofes naturales, conflictos bélicos, y ha
llevado sus recursos a países como Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador,
Venezuela, Guatemala, Méjico, Nicaragua, República Dominicana, Uruguay,
Burundi, Camerún, Mozambique, Malí, República del Chad, Ruanda,
Sahara, Uganda, República de Bennin, República de Malawi, India,
Filipinas, Kosovo, Eslovenia… Y, naturalmente, no ha perdido la ocasión de
apostar por el Congreso Internacional Provida, manifestando así su postura
ante el aborto aun a riesgo de que a muchos de sus clientes pueda no
gustarle.
¿Y saben ustedes por qué esta entidad es diferente a las otras entidades?
Porque nació de la Iglesia. La fundó el Cardenal Soldevila antes de de que
fuera asesinado en un atentado por los anarquistas. Y su primer
presidente, Joaquín Roncal, era miembro de la Junta Directiva de Acción
Social Católica, que aún hoy tiene su sede en esta entidad. Hace ya
décadas que se desvinculó de la Iglesia, pero contra corriente, mantiene el
ideario que la hizo nacer. ¡Bravo por la Caja Inmaculada (CAI)!
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