Recientemente, Amnistía Internacional anunció que había decidido incluir en sus objetivos la defensa del derecho de la mujer al aborto en los países donde no está reconocido. Esta decisión supone un cambio de rumbo en la filosofía que inspira a esta Organización y en la práctica que viene llevando. Mons. Ewans, obispo católico de Esat Anglia, en Inglaterra, uno de los líderes más destacados de Amnistía Internacional, ha afirmado que la decisión pro-abortista marca la ruptura definitiva con el espíritu de su fundador, el converso católico británico de 46 años Peter Benenson, que creó la organización con el apoyo del Vaticano y con una postura inicial pro-vida. De facto, la Santa Sede ha interrumpido el flujo de ayudas económicas con las que venía apoyando a la Organización.
Por su activismo contra la tortura y contra la existencia de presos de conciencia, así como contra la pena de muerte, Amnistía Internacional ha ayudado a salvar la vida de muchas personas. A partir de esta decisión, ayudará a terminar con la vida de muchas otras, en lo que es un alejamiento radical de la defensa íntegra de la vida. El derecho a nacer, a vivir, no puede estar subordinado al derecho de la libertad de la madre. La vida es un bien mayor que la libertad. De hecho, para ser libre, es necesario, antes, haber nacido, estar vivo. No puede condenarse a la muerte a una persona en defensa de la libertad de otra. Acerca de la vida de terceros, nadie tiene derecho a decidir “sí” o “no”, pues la vida de ese tercero no puede estar sometida a mi propia voluntad. Cuando se defiende la vida en planteamientos como la tortura o la pena de muerte y no se defiende en sus estadios iniciales, no se defiende la vida de manera integral, sino sólo parcialmente. Mientras se defiende la vida, no se puede atentar contra la vida.
La gran paradoja de A. I. y de la que parece no ser consciente, abocará, a buen seguro, a muchos de sus miembros a abandonar la Organización. Ewans ya lo ha hecho. También yo me he hado de baja en la recepción de sus boletines, sin que ello suponga dejar de reconocer su acertada política de defensa de las personas frente a la tortura y la pena de muerte. Pero no se pude defender con una mano lo que con la otra se mata.
En contrapartida, el verano del 2007 nos ha traído una noticia mejor: el comienzo de su andadura de la “Asociación para la Defensa de la Vida Provida-Aragón”. Su objetivo es la defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural. No está promovida desde la Iglesia Católica ni sus miembros son, necesariamente, personas con creencias religiosas, sino que se trata de hombres y mujeres de ciencia que enfocan sus reflexiones desde los conocimientos científicos y de la filosofía. Su presidente, Álvaro Vázquez, es médico en ejercicio y pertenece a la Asociación de Médicos por la Vida.
Por su activismo contra la tortura y contra la existencia de presos de conciencia, así como contra la pena de muerte, Amnistía Internacional ha ayudado a salvar la vida de muchas personas. A partir de esta decisión, ayudará a terminar con la vida de muchas otras, en lo que es un alejamiento radical de la defensa íntegra de la vida. El derecho a nacer, a vivir, no puede estar subordinado al derecho de la libertad de la madre. La vida es un bien mayor que la libertad. De hecho, para ser libre, es necesario, antes, haber nacido, estar vivo. No puede condenarse a la muerte a una persona en defensa de la libertad de otra. Acerca de la vida de terceros, nadie tiene derecho a decidir “sí” o “no”, pues la vida de ese tercero no puede estar sometida a mi propia voluntad. Cuando se defiende la vida en planteamientos como la tortura o la pena de muerte y no se defiende en sus estadios iniciales, no se defiende la vida de manera integral, sino sólo parcialmente. Mientras se defiende la vida, no se puede atentar contra la vida.
La gran paradoja de A. I. y de la que parece no ser consciente, abocará, a buen seguro, a muchos de sus miembros a abandonar la Organización. Ewans ya lo ha hecho. También yo me he hado de baja en la recepción de sus boletines, sin que ello suponga dejar de reconocer su acertada política de defensa de las personas frente a la tortura y la pena de muerte. Pero no se pude defender con una mano lo que con la otra se mata.
En contrapartida, el verano del 2007 nos ha traído una noticia mejor: el comienzo de su andadura de la “Asociación para la Defensa de la Vida Provida-Aragón”. Su objetivo es la defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural. No está promovida desde la Iglesia Católica ni sus miembros son, necesariamente, personas con creencias religiosas, sino que se trata de hombres y mujeres de ciencia que enfocan sus reflexiones desde los conocimientos científicos y de la filosofía. Su presidente, Álvaro Vázquez, es médico en ejercicio y pertenece a la Asociación de Médicos por la Vida.
está muy bien la defensa de la vida,
ResponderEliminarla valentía de la madre para llevar a cabo la gestación y el nacimiento de un nuevo ser, las iniciativas pro-vida y todo lo demás.
Lo lamentable es la realidad, que después del escarnio a la madre, la falta de ayudas, el apostar porque un matrimonio forzado será la mejor opción para que esa criatura por nacer tenga las mejores circunstancias, el premio sea que la persona con la que te cases tenga un grave trastorno de la personalidad, que sólo la mujer que convive con él es capaz de detectar en toda su extensión, y que la "sociedad" ni siquiera te conceda el beneficio de la duda.
Tengo la seguridad de que la decisión que tomé en su día de que mi hija viniera al mundo fue la mejor, pero el sufrimiento que me ha proporcionado el citado matrimonio, parece más una broma macabra que el premio a apostar por la vida.
Hacen falta muchas horas de reflexión para entender esto. Yo después de casi veinte años todavía no lo he conseguido.