viernes, 18 de junio de 2010

CRISTIANOS CONTRA LA CRISIS

No sé muy bien si las gentes que se autoproclaman agnósticas o ateas
lo saben o no, pero Cáritas es la ONG a través de la cual la Iglesia
canaliza su acción social. No es la única. Existen otras ONG cristianas propiamente como Intermón, Manos Unidas, Fundación Federico Ozanám, Obra social de San Vicente de Paúl, y otras. Pero Cáritas es la más emblemática porque es la que promueve la Iglesia “oficial” en España, esa Conferencia Episcopal tan criticada y vapuleada por los políticos que nos gobiernan y sus numerosos medios. También es la
más significativa porque es de implantación internacional. En midiócesis de Zaragoza acaba de cumplir cincuenta años de existencia.

Con motivo de la fiesta del Corpus Christi, Cáritas lanza siempre una campaña, pues ese día celebra colecta extraordinaria en todas las iglesias españolas y, con ese motivo, hace públicas las cuentas de resultados del ejercicio anterior. En Zaragoza diócesis (alrededor de 1.100.000 habitantes), Cáritas ingresó en 2009, prácticamente, 6 millones de euros. De ellos, un 20,31% provino de las Administraciones Públicas. Los cristianos aportamos los otros cinco millones restantes. Los gastos se distribuyen entre la atención a familias, procesos de inserción, cooperación internacional, formación, investigación y sensibilización y otros servicios generales.

Si en el año 2007 se destinaron a ayudas familiares una media de 972€ al día, esa cifra se convierte en 2.274€ al día en 2009. Es decir, casi se ha triplicado, suponiendo un montante de más de 830.000€. Ya vamos viendo por dónde va la crisis y dónde acuden los que lo han perdido todo. En 2009, Cáritas Zaragoza atendió a 5.329 familias en 133 puntos de acogida; un total de 11.319 personas. Se ejecutaron 10 proyectos de Cooperación al Desarrollo en Bolivia y Palestina. Se desarrollaron dos emergencias internacionales en Gaza y Sumatra. La tienda solidaria “La Artesa” vendió 4.328 productos elaborados en los
Centros de Inserción para el Empleo, de Cáritas. Y durante ese año,1.262 personas han ejercido como voluntarios en Cáritas, de los cuales, 179 lo han hecho por vez primera.

Esto son habas contadas y datos reales. Aun así, no dejan de ser números y estadísticas frías. Pero detrás de ellas hay rostros que sufren y rostros que ayudan, personas que han caído lo más bajo posible y personas, que, desde una situación mejor, ofrecen su solidaridad, su tiempo, su dinero y su trabajo en ayudar a quienes más lo necesitan. Son las dos caras de la crisis, las de una misma realidad. Moralmente, no se puede permanecer indiferentes ante esta situación acuciante para muchos.

Ante la crisis se puede huir, se puede negar, se puede esconder o disimular, se puede engañar o se puede afrontar. La Iglesia en España, siempre desde su labor callada y sin autobombo, sigue atendiendo a los pobres con el dinero que compartimos los cristianos. Entretanto, otros se echan cuentas de otro estilo: de cómo bajarse sus macrosueldos un
10%, de reducir el déficit del Estado con el 0,7 que voluntariamente dedican de sus impuestos a la Iglesia una tercera parte de los contribuyentes, de la modernización “a la última” de las ametralladoras, los cascos y las vestimentas de nuestros soldados en Afganistán, de rebajar las pensiones o de retirar el carácter retroactivo a la ya de por sí
lentísima aplicación de la Ley de Dependencia.

Bueno, cada cual a lo suyo. La Iglesia y Cáritas, a atender a los poberes y a promocionar a la mujer, a los parados, a rehabilitar toxicómanos, a pagar los alquileres o las facturas de luz a los que lo han perdido todo. Los demás, que se entretengan en lo que quieran, con tal
– eso sí- de que nos estorben lo menos posible y nos dejen hacer. Porque Cáritas ejerce también una cierta tarea de sensibilización y denuncia. Por ejemplo, en sus cuentas de resultados, podemos leer la siguiente frase: El dios-dinero ha desplazado a la persona del centro de la vida, y en su lugar se han puesto los intereses económicos, por lo que el dinero tiene más derechos que las personas”. ¿Tendrá esto algo que ver con la crisis actual?

Si quieres, puedes hacerte socio de Cáritas con una aportación trimestral, semestral o anual domiciliada en tu cuenta o colaborar puntualmente con tus donativos. También puedes ofrecerte como voluntario. Ambas fórmulas expresarán tu solidaridad en estos tiempos
difíciles para muchos. No vale quedarse quieto ni intentar escapar con el “sálvese quien pueda”. Algo hemos de hacer. Puedes contactar a través de www.caritas.es, o bien en la delegación de Cáritas de tu diócesis, o bien en tu parroquia más cercana.

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