jueves, 31 de julio de 2014

PAREN LA GUERRA EN TIERRA SANTA

El Ejército de Israel ha causado ya más de mil cuatrocientos muertos en la franja palestina de Gaza, gobernada por Hamas, organización violenta tenida por terrorista en no pocos países. Más de dos tercios de las víctimas son civiles. Los heridos se cuentan por miles y los niños necesitados de atención psicológica, por decenas de miles. El número de refugiados es superior a doscientos mil. Las fuerzas israelíes bombardean indiscriminadamente colegios, hospitales, mercados, refugios de la ONU... La presión internacional sobre el Estado judío crece pero sus oídos son sordos y continúa provocando muerte y destrucción sin clemencia. Resulta de difícil comprensión la postura de Obama y los EEUU, que generan presión diplomática al tiempo que continúan rearmando al Ejército hebreo que, sin esa ayuda, no podría proseguir sus ataques. ¿Son los túeneles de Hamas un pretexto para la guerra? ¿Se pretende el genocidio, borrar del mundo al árabe palestino? Son preguntas que flotan en el aire. El pueblo judío fue víctima de un holocausto, ¿no está él provocando ahora mismo otro? ¿Ha pasado de ser víctima a ser verdugo? La ley del talión, vigente en la Biblia para los judíos, establece la proporcionalidad en la respuesta a una agresión: el ojo por el ojo, el diente por el diente. Ahora esa proporcionalidad simplemente está quebrada. Es cierto que Hamas debe renunciar a la violencia y reconocer el derecho del Estado de Israel a existir, pero el Estado de Israel debe hacer lo propio con Palestina. Si no, la paz es imposible. Quemos ya la paz, una paz definitiva en la Tierra "tres veces" Santa.

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