¿Copago sanitario? Estar enfermo no es un lujo, Sr. Consejero
El señor Consejero de Economía del Gobierno de Aragón propone un acuerdo con el
Estado por el que quien vaya a su Centro de Salud a hacerse ver por el médico, tenga
que pagar un tanto por cada visita. No hace falta aclarar que ya financiamos nuestro
sistema sanitario mediante las cuotas de empresas, las de los empleados y las de los
autónomos. La cosa quedaría ahí si el señor Larraz nada tuviera que ver con el
estamento médico. Pero miren lo que pone de su biografía en la web
“aragonex.com”:
Alberto Larraz, consejero de Economía, Hacienda y Empleo, nació en Zaragoza en 1949. Es doctor en Medicina y Cirugía, y especialista en Medicina Interna e Intensiva. Master en Economía de la Salud por la Escuela Nacional de Sanidad, ha sido también profesor universitario de Patología General, subdirector de la Escuela Universitaria de Enfermería de Huesca y director de la Escuela Universitaria de Enfermería de Teruel. Desempeñó el cargo de director provincial del Insalud en Teruel y Zaragoza, y fue director territorial de Aragón entre 1989 y 1992. Igualmente fue secretario general del Insalud (1992-1994) y director gerente del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza (1994-1996). Hasta su nombramiento en 1999 como consejero de Sanidad, Bienestar Social y Trabajo, desempeñó su labor profesional como médico de cuidados intensivos en el Hospital San Jorge de Huesca. Tras las elecciones autonómicas de 2003, fue ratificado en su cargo, ahora con la denominación de Consejero de Salud y Consumo. En mayo de 2004 fue nombrado consejero de Ciencia, Tecnología y Universidad, y desde 2006 era ya consejero de Economía, Hacienda y Empleo.
Después de diez años como enfermo crónico, tras haber perdido a mi padre y a mi
madre en los últimos quince meses, finales de penosas y largas enfermedades, puedo
decirle, señor Larraz, que ser un enfermo que necesita ir al médico no es un lujo
para que le graven las visitas que –él no lo ha elegido- debe, necesariamente,
realizar. Como digo, mi caso es el de un enfermo crónico que está en activo (me han
denegado hacerme pensionista porque soy cura y puedo celebrar misa; tiene
narices). No he cumplido los cincuenta y debo tomar –no por mi gusto- trece pastillas
diarias. Debo ir cada cuatro semanas al médico para que me las recete. Pero ya sólo
el copago de recetas me cuesta una mensualidad de mi sueldo cada año. Eso sin
contar los “extras”, con visitas a los especialistas, desplazamientos, pruebas que
urgen y me las debo hacer por la privada para “saltar” las listas de espera, etc.
Se da la circunstancia de que antes de caer enfermo he sido seis años capellán de
hospitales. He convivido mucho, pues, entre los médicos; con algunos hasta quedo a
cenar porque somos buenos amigos. Oiga, y su queja de que los españoles vamos
mucho al médico, es exactamente la que plantean casi todos los médicos de
primaria. También los de urgencias. A los especialistas les llega gente más “selecta”,
pero los demás dicen lo mismo que usted. Y yo le digo que bastante tenemos ya con
lo que tenemos como para que nos esquilmen todavía más a los que la vida nos
golpea también más duro. Porque usted, señor Consejero, piensa como médico, no
como paciente. Le deseo mucha salud y que nunca se vea en situaciones como la mía
y aun peores. Entonces vería las cosas de otra manera. Pero aun en ese caso, piense
que su salario y el mío no se parecen en nada. Así que no nos procure un castigo
mayor que el que ya llevamos ni mayores quebraderos de cabeza. Muchas gracias.
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